Los amantes de la aventura y de la naturaleza tienen un destino para agendar en La Rioja: la Reserva Provincial Laguna Brava, un área de 405 mil hectáreas rodeada de un colorido paisaje, caracterizado por tener un sistema de lagunas altoandinas de aguas salinas e hipersalinas de poca profundidad.
Su nombre proviene a través de la laguna más extensa, que cuenta con más de 60 kilómetros cuadrados, ubicada a más de 4 mil metros de altura y rodeada por algunos de los picos más elevados de la Cordillera de los Andes.
La Reserva fue creada en 1980, con el objetivo de preservar las especies y la diversidad genética de una zona silvestre representativa de la ecorregión y el uso sostenible de los recursos de los ecosistemas.
En la zona se han encontrado evidencias arqueológicas como construcciones utilitarias y plataformas ceremoniales que indican la presencia inca en la región, como la fortaleza del cerro El Toro.
En la fauna del lugar predominan los camélidos, sobre todo vicuñas y guanacos, aunque también pueden encontrarse pumas y zorros. También es un área de gran importancia en la Argentina para la conservación de diversas aves acuáticas como los patos barcino y crestón, la guayata, la gallareta cornuda y los flamencos de James y andino.
El clima de la región es típico de la zona árida andino puneña, característico de las alturas mayores a 4.000 metros sobre el nivel del mar, de gran amplitud térmica, predominando las bajas temperaturas con fuertes vientos del oeste y nevadas durante los meses de otoño e invierno.
Por su carácter de área protegida, la zona puede conocerse sólo a través de excursiones guiadas y con agencias habilitadas.
Todos los circuitos son diurnos y pueden contratarse en las localidades de Villa Unión y Vinchina, situadas a 275 kilómetros y a 350 kilómetros, respectivamente, de la capital provincial riojana.
Además de la laguna de Mulas Muertas, la otra más conocidas dentro de la reserva, también son recomendables de visitarse en la zona las quebradas del Yeso (entre Villa Castelli y Vinchina) y de La Troya (entre Vinchina y Bajo Jagüé), el refugio “El Peñón” y el gigantesco cráter Corona del Inca (situado a 5.430 metros sobre el nivel del mar), al que solo se puede acceder con vehículos doble tracción.