Aunque es normal tener cierto temor a todo lo que implica la gestación y la llegada de un bebé, hay mujeres que experimentan un miedo intenso al embarazo y al parto, dando lugar a un trastorno que es conocido como tocofobia.
La sufren alrededor de un 14% de mujeres en todo el mundo, tanto aquellas que son primerizas como las que ya han pasado por un embarazo anterior.
Si bien aún no está incluida en el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales, la tocofobia puede tener consecuencias acerca de cómo prepararse psicológicamente para el parto y cómo afrontarlo.
Por lo general, se denomina tocofobia primaria cuando ese experimenta el miedo al parto o al dolor que supone (natural o por cesárea), y se tiene incluso antes de la concepción. En cambio, se habla de tocofobia secundaria cuando existe miedo al segundo parto y si aparece tras un evento traumático previo como puede ser:
• Duelo perinatal (aquel que se produce tras la pérdida de un bebé durante el embarazo, o en los momentos previos o posteriores al parto).
• Experiencias adversas en el parto.
• Intervenciones obstétricas invasivas.
• Parto prolongado y difícil.
• Cesáreas de urgencia por desprendimiento de placenta.
Para que el miedo al parto no llegue a tocofobia, es fundamental dar a conocer las propias emociones e inquietudes, tanto del acontecimiento en sí como del embarazo y maternidad. Puede ser útil el apoyo psicológico y trabajar sentimientos, dudas y preocupaciones que, por muy grandes que sean, una vez expresadas se reducen considerablemente.
Es bueno tener en cuenta que, al igual que la serenidad de la madre se transmite al feto, también lo hace su ansiedad. Comunicarse, compartir y buscar junto a un profesional las condiciones que permitan vivir este momento con calma, parecen ser los aspectos esenciales para favorecer el desarrollo de un embarazo sano, en el que también se preste atención a los mensajes del propio cuerpo.