En ocasión de celebrarse el 16 de octubre pasado el Día Mundial de la Alimentación y al conmemorar a la vez su 80° aniversario, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) resaltó que “los sistemas agroalimentarios en el planeta se enfrentan a desafíos sin precedentes”.
En este contexto, el organismo de la ONU determinó para esta ocasión el lema: “De la mano por unos alimentos y un futuro mejores”, instando a desarrollar prácticas que, aunque parezcan simples, generen un impacto profundo, protegiendo la salud, previniendo enfermedades, transmitiendo ejemplo y bienestar, y contribuyendo a un futuro más justo y sostenible.
“Los sistemas agroalimentarios se enfrentan a desafíos sin precedentes. Los conflictos, los efectos de los fenómenos meteorológicos y climáticos extremos, las crisis económicas y la creciente desigualdad ejercen una presión cada vez mayor sobre la tierra que cultivamos, el agua de la que dependemos y la biodiversidad que sustenta la vida. Por tal motivo, el bienestar futuro dependerá de lo que hagamos hoy con nuestra alimentación”, se resaltó.
Frente a esta realidad, se subrayó la importancia de elegir, dentro de nuestras posibilidades, alimentos frescos y naturales, reducir el consumo de ultra procesados y envases contaminantes, y jerarquizar la preparación de comidas en casa.
Según la OMS, una alimentación no saludable se asocia a más de 10 millones de muertes anuales. En nuestro país, el consumo de sal supera los 8 gramos diarios, un 66% más de lo recomendado, en tanto que nuestros jóvenes ingieren en promedio 94,6 gramos de azúcar diarios, más del doble de lo aconsejado.
El exceso de sodio se relaciona directamente con la hipertensión, principal causa de accidente cerebrovascular (ACV) e infarto. El consumo excesivo de azúcar aumenta el riesgo de sobrepeso, obesidad y enfermedades metabólicas, que también favorecen el desarrollo de afecciones cardiovasculares.
Acciones diarias
En línea con lo expresado por la FAO y contribuyendo con los Objetivos de Desarrollo Sostenible 2030, las cooperativas de consumo, a través de sus supermercados, emprenden distintas acciones relacionadas con la alimentación.
En tal sentido, priorizan la distribución de alimentos de proveedores locales y de la economía social (con quienes desarrollan marcas propias bajo estrictos protocolos de seguridad alimentaria), promoviendo las economías regionales.
Asimismo, promueven hábitos de alimentación consciente y reducen pérdidas y desperdicios de alimentos. Al respecto, resulta clave consumir a diario preferentemente frutas y verduras de estación, incorporando a la dieta cereales y proteínas.
En cuanto a las acciones para evitar el desperdicio de alimentos, es recomendable planificar las compras y el menú, revisando la heladera y la despensa antes de comprar; respetando la cadena de frío en el viaje a casa y, si se puede, donar alimentos aptos a iniciativas solidarias que alimentan a otras personas.

































