Afecta en gran medida a adultos mayores y a personas con enfermedades neurológicas, y se produce cuando el cuerpo necesita más tiempo y esfuerzo para mover los alimentos o líquidos desde la boca al estómago. La malnutrición resultante de esta afección puede comprometer significativamente la independencia del paciente e impactar en su fuerza y masa muscular.
La acumulación de líquido linfático en los tejidos adiposos justamente debajo de su piel se denomina linfedema. Genera inflamación y malestar, a menudo en los brazos y las piernas, pero también puede surgir en rostro, cuello, torso, abdomen (vientre) u órganos genitales.
Las comúnmente conocidas como piedras en la vesícula son en realidad depósitos endurecidos de líquidos digestivos dentro de la vesícula biliar, un pequeño órgano que almacena la bilis producida por el hígado y que resulta esencial en la digestión de las grasas de los alimentos.
Aunque se debilita de manera progresiva con el paso de los años, por lo general no se le presta demasiada atención al suelo pélvico hasta que surgen las primeras señales de pérdida de fuerza en forma de incontinencia o disfunción sexual.
Este síndrome se describe por la anómala y excesiva presencia de bacterias en el intestino delgado que normalmente se encuentran en el intestino grueso, y se asocia a síntomas tales como dispepsia, flatulencia, náuseas, hinchazón y dolor abdominal, fatiga, diarrea y estreñimiento.
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