A los 57 años Jorgelina Flores acaba de consagrarse campeona argentina de bowling por parejas, una pasión que la acompaña desde hace casi tres décadas, justamente cuando comenzó su trabajo en La Coope.
Nacida en la localidad bonaerense de Oriente, llegó a Tres Arroyos en su juventud y en plena búsqueda laboral se postuló para trabajar en la primera sucursal que la Cooperativa Obrera abrió en Tres Arroyos, la N° 27, inaugurada en abril de 1995.
“Por entonces carecíamos de información y no sabíamos qué era la Cooperativa Obrera, pero en el afán de conseguir un trabajo me anoté igual”, señala Jorgelina, quien por entonces tenía 29 años.
Tras sortear el proceso de selección viajó a Bahía Blanca para prepararse para la apertura y durante la capacitación conoció lo que luego se convertiría en una predilección: el bowling.
Es que un compañero del sector de verdulería lo jugaba y después de una cena invitó al grupo a una cancha situada en Brown al 700, en el macrocentro bahiense. Jorgelina jamás había tomado contacto con una bola, pero se animó y sorprendió a todos.
“Descubrí que todo me salía naturalmente y jugar no resultaba difícil, por lo que me entusiasmé a tal punto punto que empecé a pensar en volcarme a este deporte”, afirma.
Y así fue. En ese momento Tres Arroyos contaba con una cancha de bowling, por lo que comenzó la práctica activa. Fue un creci- miento a la par, tanto en el ámbito deportivo como en el laboral, donde pasó por las otras dos sucursales de la Cooperativa Obrera para recientemente retornar a la 27, donde se desempeña como supervisora de caja.
“Siempre digo que es medio loca esta historia porque justo se dieron las dos cosas en forma paralela: por un lado el inicio en un deporte que me ha permitido vivir enormes experiencias y por otro el ámbito laboral. Amo a La Coope y tengo la camiseta puesta, porque esta empresa me ha dado todo”, subraya.
Rumbo al Argentino
Desde el año pasado Tres Arroyos ya no cuenta con una cancha de bowling, pero esa situación no frenó el ímpetu de Jorgelina, quien fortaleciendo el aspecto físico se esforzó para competir, en representación de la Asociación Regional Costa Sur de Tres Arroyos, en el Campeonato Argentino que se desarrolló en Tandil a fines del año pasado.
En tal sentido, remarca que todas las canchas son distintas y hay que saber jugar en cada una de ellas, por lo que se requiere mucha concentración y especialmente dominio corporal, aspecto clave para caminar bien la cancha.
Centrándose en los mencionados aspectos, Jorgelina se presentó en el torneo casi sin práctica. Había tirado la última bola en marzo de 2022, pero le sobraba fe.
“Para mí el mérito resultó doble. Fui muy concentrada a jugar y proyectaba traerme el torneo por parejas, pero después fue muy importante encontrarme con el juego y apelar a la pasión con la que hago todo en la vida”, resalta.
Trayectoria y futuro
Jorgelina participó en 15 Campeonatos Argentinos, siendo campeona por parejas en 2017, en Bahía Blanca, logro que repitió en 2022 en la categoría A junto con su compañera Celeste San Pedro, al cabo de una competencia que reunió a 160 jugadores repartidos en dos divisiones.
Tras la conquista en parejas y el subcampeonato en cuartetos, quedó ubicada sexta a nivel nacional, siendo distinguida en la Fiesta del Deporte que se realizó en Tres Arroyos.
Además de jugar, Jorgelina es prosecretaria de la Liga Argentina de Bowling, compuesta por delegados de distintas asociaciones del país. Desde ese rol interviene en la parte organizativa de los certámenes.
“Es un trabajo bastante intenso porque hay que atender inquietudes de mucha gente y tratar de que se respete el reglamento en todos los torneos”, sostiene.
-¿Que disfrutás más: jugar o integrar la parte organizativa?
-Disfruto mucho de compartir gratos momentos con gente conocida. Hace 28 años que juego y tomar contacto con personas que conocí a través de la competencia es lo mejor que deparan los torneos. Si traemos un premio mejor, pero el solo hecho de departir para mí es lo más valioso.
Jorgelina remarca que, como sucede en otros deportes, hay más hombres que mujeres que practican el bowling y que habría que incentivar a que más jóvenes se sumen a este deporte. “El tema es que en el lugar donde vivas haya una cancha”, reconoce.
Con una familia ligada a esta disciplina (su marido y sus hijos también han practicado la actividad), asegura que este deporte le ha brindado muchas satisfacciones y principalmente amistades en todo el país, con las que mantiene un diálogo fluido y visitas periódicas.
-¿Qué le dirías a las personas que quieran iniciarse en esta actividad?
-Es un deporte que te permite jugar desde que empezás a caminar hasta cuando quieras dejarlo. Nosotros tenemos jugadores de más de 80 años participando en torneos argentinos y es fabuloso verlos. Después te permite compartir momentos hermosos con la familia y con los amigos que hacés en la cancha.
Jorgelina admite que una vez que se jubile seguirá jugando al bowling y asegura que lo hará hasta que no le dé más el cuerpo, aunque también intensificará la práctica del golf de manera “más profesional”, una cuenta pendiente que no pudo realizar hasta el momento por la actividad laboral.
También sueña con que Tres Arroyos tenga nuevamente su cancha de bowling, que en otros tiempos supo reunir 120 jugadores fijos, y poder sostener en pie la asociación para continuar compitiendo.