Para tal fin, La Coope capacitó desde hace meses a los consumidores para que sepan como proceder con el pago con tarjetas de crédito y débito sin que se la entreguen a la personas que están operando las cajas registradoras.
Por lo tanto, al momento del cobro se solicita a los consumidores que pasen sus tarjetas por las terminales y, de esta manera, evitar intermediarios en el proceso de pago.
La citada normativa tiene como objetivo la prevención y reducción de fraudes, garantizando la seguridad en las transacciones con medios de pago como tarjetas de crédito, débito y otros plásticos, y estableció como cambio más importante que los comercios ya no pueden manipular las tarjetas de los consumidores.
De tal manera, lo primordial es que los comercios acerquen al consumidor la terminal electrónica de pago, conocida como “posnet”, el cliente no pierda de vista su tarjeta durante la transacción y el empleado realice los cobros frente a quien haya realizado la compra.
Si el comercio no cumple esta obligación recibe una sanción, de acuerdo con lo dispuesto por la Ley de Defensa del Consumidor.
“Todos los establecimientos que acepten para la realización de sus transacciones comerciales tarjetas de crédito, compra o débito en los términos del artículo 1°de la Ley N°25.065 y sus modificaciones, y operen con terminales electrónicas para el pago de las operaciones realizadas (terminales de captura de datos o “pos”), deberán poner a disposición del consumidor las mismas de modo tal que, en ningún momento, pierda el control o quede desapoderado de su tarjeta, ni aún momentáneamente, hasta la completa finalización de la operación”.
Para el cumplimiento de la norma se otorgó en principio otorgó un período de adaptación de 180 días ya cumplidos en setiembre de 2024, incorporando en la Argentina las mejores prácticas internacionales de pagos.
Al respecto, la Cámara de Tarjetas de Crédito y Compra manifestó mediante un comunicado su apoyo a la Resolución, al resaltar que “esta decisión refleja prácticas ya habituales en los mercados más avanzados, donde la seguridad del consumidor y la eficiencia de las transacciones son prioritarias”.
“Al prevenir la manipulación de tarjetas de crédito, débito o prepagas por parte de los comerciantes, se disminuye considerablemente la probabilidad de fraude. Esto, a su vez, salvaguarda los intereses financieros y la reputación tanto de los consumidores como de los comerciantes”, se indicó desde la citada entidad.