Con un acto desarrollado en la propia planta, el Frigorífico Cabildo festejó el 30mo. aniversario de su inauguración, acontecida el 19 de noviembre de 1993, producto del convenio de colaboración refrendado entre la Cooperativa Obrera y la Cooperativa Agrícola, Ganadera e Industrial Sombra de Toro Limitada.
En la oportunidad, al pie de un mástil de casi 8 metros de altura construido para la ocasión, fue descubierta una placa conmemorativa que hace alusión al aporte realizado al proyecto productivo por ambas cooperativas.
Al hacer uso de la palabra, Mónica Giambelluca, presidenta de la Cooperativa Obrera, hizo referencia al sexto principio cooperativo, referido a la cooperación entre cooperativas.
“La aplicación de dicho principio, que ofrece la ventaja excepcional de permitir a las cooperativas trabajar en proyectos conjuntos, reduciendo costos e intercambiando conocimientos, hizo posible que el 19 de octubre de 1992 se firmara el convenio de colaboración entre la Cooperativa Obrera y la Cooperativa Agrícola, Ganadera e Industrial Sombra de Toro Limitada, donde quedó asentado que ambas entidades unirían sus esfuerzos para la concreción de una planta frigorífica en la localidad de Cabildo, tan cara a los sentimientos de los bahienses y tan ligada en su accionar diario al movimiento cooperativo”, resaltó.
La máxima responsable del Consejo de Administración de La Coope agregó que, de tal manera, apenas 13 meses después se inauguraron las instalaciones del Frigorífico Cabildo, que por entonces contaba con una dotación de 40 operarios y la habilitación para despostar, fraccionar y embandejar unos 300 mil kilos mensuales de carne bovina y cerca de 40 mil kilos de embutidos frescos y secos, así como varios subproductos cárnicos.
“Hoy, después de tres décadas, la planta está en operación prácticamente durante las 24 horas del día, y tras haber incorporado moderna tecnología y conseguir las habilitaciones pertinentes es considerada de ciclo 2, realizando tareas de recepción, almacenamiento, desposte, fraccionamiento, envasado y elaboración de productos derivados de la carne”, acotó.
Giambelluca dijo que el 80 % de los kilos de carne que fracciona la planta proviene de la adquisición de animales en pie a proveedores regionales y el 20 % restante de un proceso de recría, del que la Cooperativa Obrera participa activamente. Estos animales son faenados en dos estable- cimientos cercanos a la planta, auditados permanentemente para asegurar la calidad de los procesos que se ejecutan.
“El frigorífico totaliza más de 3.200 metros cuadrados cubiertos, de los cuales casi 2.500 corresponden al sector operativo, y cuenta con 121 empleados residentes en la localidad de Cabildo y solo 2 que viajan diariamente desde Bahía Blanca, más 2 profesionales que cumplen la función de Inspección Veterinaria y dependen del Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa), además de asesores en seguridad e higiene alimentaria”, afirmó.
En la actualidad, el frigorífico despacha unos 400 mil kilogramos de carnes rojas (vacuna, porcina y ovina) con las que se abastece a 83 bocas de expendio de la Cooperativa Obrera, y unos 160 mil kilogramos de productos elaborados, que se distribuyen en las 146 sucursales de La Coope, emplazadas en las provincias de Buenos Aires, La Pampa, Río Negro, Neuquén, Chubut, Córdoba y Santa Fe.
“Producto genuino del movimiento cooperativo, el Frigorífico Cabildo constituye una planta de primer nivel que mantiene estrictas normas de seguridad e higiene, obteniendo como resultado final una calidad superior en sus productos”, subrayó.
Finalmente, Giambelluca destacó que “este hecho nos colma de orgullo a todos quienes conformamos la Cooperativa Obrera, no sólo porque a través de la elaboración de sus fiambres, embutidos y hamburguesas la marca Sombra de Toro ha sabido ganarse la confianza de todos los consumidores de La Coope, sino porque la planta representa la principal fuente laboral cabildense”.
El orgullo de todo un pueblo
A su turno, Oscar Muzi, primer presidente de la planta y prosecretario de la Cooperativa Sombra de Toro, entidad que es presidida por Javier Scoppa, afirmó que “a principios de los años 80 comenzamos con la idea de instalar un frigorífico en la localidad, dando los pasos necesario hasta que el sueño pudo hacerse realidad”.
La primera convocatoria para la concreción de la planta se llevó a cabo el 9 de octubre de 1984, resolviéndose en asamblea comprometer un aporte de capital para financiar la obra y adoptar al sistema de cooperativa como la figura jurídica que ampararía a una nueva sociedad, entendiendo que era el que más se ajustaba a la idiosincrasia de los participantes.
Así, el 2 de diciembre de 1985, la Municipalidad de Bahía Blanca aprobó la radicación del Frigorífico Cabildo Cooperativa Ltda., adquiriéndose un predio de 6 hectáreas en el acceso a la localidad cabildense, a 1.300 metros del radio urbano y a unos 3 kilómetros de la ruta provincial N° 51, donde se realizaría la construcción de la planta.
Las dificultades económicas, la reticencia de algunos asociados a integrar el capital social y las dudas propias de todo gran emprendimiento, entre otras razones, motivaron que el proyecto entrara en un estado de estancamiento, hasta que en una asamblea desarrollada el 21 de noviembre de 1988 decidió que la Cooperativa Agrícola, Ganadera e Industrial Sombra de Toro Ltda. absorbiera en su totalidad el activo y pasivo de la institución original.
Al mismo tiempo, la Cooperativa Obrera se interesó en la continuidad de la obra, proponiendo que la planta se adaptara para realizar tareas de fraccionamiento de carnes y fabricación de chacinados.
Finalmente, ambas cooperativas alcanzaron un acuerdo para la concreción de las tareas a realizar, que en una primera etapa demandaron una inversión aproximada al millón y medio de dólares.
“Es un placer haber participado en el proceso de gestación de esta planta a la que ví crecer y como cabildense siento mucho orgullo por la forma en que el cooperativismo está arraigado en este lugar, porque en forma directa o indirecta, casi el 40 por ciento de la población vive gracias a lo que produce el movimiento cooperativo”, concluyó Muzi.
Por último, Héctor Gay, jefe comunal saliente de la ciudad de Bahía Blanca, manifestó que “no es común hablar de estos emprendimientos virtuosos desarrollados en localidades pequeñas, lugares que se van despoblando y donde cuesta encontrar posibilidades de desarrollo”.
“Esta planta permitió que muchas familias cabildenses sigan arraigadas a este suelo, por lo que hay que valorar lo realizado por una empresa social como la Cooperativa Obrera, que decidió apostar por uno de esos típicos lugares a los que no vienen las multinacionales”, añadió.
En el cierre de su discurso, Gay expresó que “el rol de la Cooperativa Obrera es sumamente valioso, porque es el principal empleador en localidades similares a esta, en tiempos difíciles y de incertidumbre como los que estamos viviendo”.
“Felicitaciones a los trabajadores que cada día hacen más grande al Frigorífico Cabildo y a seguir por este camino de éxito”, sostuvo.
Una vez finalizado el acto, los asistentes compartieron un almuerzo servido en el salón de la Juventud Agraria Cooperativista, en la localidad de Cabildo.
El cierre de la celebración contuvo una jornada dominguera festiva que se realizó en las instalaciones del propio Frigorífico Cabildo y de la que tomaron parte unas 450 personas, entre colaboradores de la planta junto a sus familias, dirigentes y funcionarios de Cooperativa Obrera.