Como suele suceder ante un desastre, la fraternidad de los ciudadanos representa la primera expresión que sale a flote para intentar brindar una mano a aquellos que lo perdieron todo.
Y frente a lo acontecido principalmente en Bahía Blanca y Punta Alta en el atardecer del pasado sábado 16 de diciembre, es dable destacar el trabajo incansable que llevaron a cabo numerosos voluntarios de diferentes organizaciones que se abocaron a juntar alimentos, ropa, pañales e insumos de primera necesidad, como agua mineral.
Si bien es cierto que todo lo que se pudo conseguir no repuso ninguna pérdida, también quedó plenamente ratificado que en momentos de crisis la solidaridad se vuelve clave, porque cuando la ayuda llega a manos de los damnificados se convierte en una suerte de rueda de auxilio que les permite sobrevivir en los momentos más criticos.
Ante la situación generada, la Cooperativa Obrera llevó a cabo una serie de acciones bajo el lema “Solidaridad por Bahía Blanca y Punta Alta”, que oficiaron de paliativo para cientos de familias en situación de vulnerabilidad y, en este contexto, la entidad tomó contacto en primera instancia con los municipios, para efectuar donaciones por valor de 56.081 kg/unidades de distintas mercaderías que se necesitaban con mayor urgencia.
Paralelamente, la Municipalidad de Bahía Blanca encargó la confección de 5.000 tarjetas con una carga de 15.000 pesos cada una, con órdenes de compra para entregar a personas necesitadas, reali- zando La Coope un aporte excepcional de 3.750 pesos por cada tarjeta, ampliando el importe a 18.750 pesos y representando una contribución total por parte de la Cooperativa Obrera de 18.750.000 pesos.
Asimismo, se puso en marcha un redondeo solidario en todas las sucursales de La Coope, a excepción de Tres Arroyos y Olavarría, ciudades en las que los aportes colaborativos de asociados y consumidores se destinaron a los damnificados de esos lugares, que se extendió desde el jueves 21 de diciembre hasta el domingo 14 de enero inclusive y que arrojó una recaudación total de 17.892.306 pesos, que fueron destinados a las sedes de Cáritas de Bahía Blanca y Punta Alta.
Marina Huentenao, coordinadora del área de Economía Solidaria de Cáritas Bahía Blanca, resaltó que “la campaña resultó muy buena, por lo que estamos sumamente agradecidos a todos los consumidores y asociados de La Coope por su invalorable aporte, así como el de la propia Cooperativa Obrera, que acompañó al redondeo con su ayuda a través de la donación de mercaderías de extrema necesidad”.
Tras resaltar que Cáritas organizó las distintas entregas “a través de referentes de espacios comunitarios con los que venimos trabajando durante todo el año”, Huentenao calificó como “invalorable” el aporte realizado por los voluntarios que colaboraron para clasificar ropa y alimentos.
“Nos hace muy bien como sociedad que hubieran personas que dejaron de lado sus prioridades para extender una mano solidaria al que más la necesitaba”, subrayó.
Por otra parte y mediante un acuerdo con la Universidad Nacional del Sur, tanto en Bahía Blanca como en Punta Alta se habilitaron en todos los locales de la Cooperativa Obrera changos solidarios, a través de los cuales los consumidores donaron 5.380 kg/unidades de alimentos no perecederos, 1.625 kg/unidades de artículos de higiene y limpieza, y 317 kg/unidades de alimentos sin TACC.
“Los changos solidarios los habíamos implementado durante la pandemia, cuando gracias al trabajo conjunto con la Cooperativa Obrera se lograron concentrar varias toneladas de alimentos que se distribuyeron en distintos puntos de Bahía Blanca. Por eso ahora nos pareció oportuno relanzar el programa, tendiendo en cuenta que contamos con una red muy importante en el sistema universitario de voluntarios y extensionistas que nos permitió colaborar”, sostuvo Daniel Vega, rector de las UNS.
En tanto, Nerea Bastianelli, secretaria general de Cultura de Extensión de la UNS, destacó que “una vez más la gente evidenció su compromiso, aportando su granito de arena en un momento por demás complicado”.
“Agradezco especialmente al Centro Comunitario San Roque, que facilitó sus instalaciones para oficiar como centro logístico; a la empresa de transporte Rastreador Fournier y a los choferes de la UTA, que colaboraron desinteresadamente con las entregas; y a los voluntarios de La Coope, que a través de su excelente dinámica de trabajo contagiaron a nuestros colaboradores para elaborar una red que contó con la articulación de la propia Cooperativa y del municipio, tratando de llegar a la mayor cantidad de destinos posibles”, añadió.
El valor de la solidaridad
Por su parte, Mónica Giambelluca, presidenta de la Cooperativa Obrera, afirmó que “la campaña fue a todas luces exitosa, porque una vez más los consumi- dores de toda el área de cobertura de La Coope brindaron su colaboración para que los changos solidarios se completaran y para que el fin buscado pudiera concretarse con creces”.
En tanto, Héctor Jacquet, gerente general de la Cooperativa Obrera, consideró que “nadie está preparado para vivir un temporal de tal magnitud, que con suma crudeza terminó descubriendo las carencias de la población. De todas maneras hay que sacar enseñanzas de lo acontecido, y en tal sentido estoy convencido que estamos frente a una posibilidad de hacer una Bahía mejor”.
“De lo mucho realizado rescato la capacidad inicial para disciplinarnos y organizar en poco tiempo la logística necesaria. Así se pudo canalizar todo a través de las vías establecidas de colabo- ración, procurando que, en la medida de la posible, no quedara gente sin recibir la ayuda correspondiente”, acotó.
Romina Pires, secretaría de Políticas Sociales de la Municipalidad de Bahía Blanca, manifestó que “a partir de la crisis nos unió la solidaridad, porque fue un momento en donde hubo que mirar al costado para poder ayudar a todas las personas que no tenían para co“Está tragedia afectó a todas las clases sociales de la ciudad, al punto de que unas 140 mil personas tuvieron dificultades para satisfacer sus necesidades básicas, generándose situaciones muy complejas”, afirmó.
Además de los aportes realizados por distintas empresas locales y multinacionales, cobró gran importancia la campaña denominada #FuerzaBahía, liderada por el ex basquetbolista Emanuel Ginóbili junto a otros deportistas, artistas y referentes de la actividad cultural.
A la campaña se sumaron además Juan Ignacio “Pepe” Sánchez, Lautaro Martínez, Rodrigo Palacio, Germán Pezzella, Abel Pintos, Agustín “Rada” Aristarán, Alejandro Montecchia, Guido y Catalina Pella, Santiago Alvarez Fourcade, Miguel Lamperti, Paula Eyheraguibel, Germán Beder, Facundo Tello y Valentina Costa Biondi, entre otros.
Las donaciones se realizaron a través de la fundación Manu Ginóbili” y para asegurar transparencia y trazabilidad, todo el proceso de donación y entrega de #FuerzaBahía fue evaluado por la auditora internacional Price Waterhouse Cooper.
El aporte de los clubes
El plan de emergencia activado para afrontar a la mayor catástrofe de la historia bahiense involucró a los clubes Estrella y Olimpo, además de las instalaciones del Dow Center perteneciente a Bahía Basket.
“Nuestra entidad se convirtió durante algunos días en el hogar de muchas familias, por lo que esta triste situación también sacó a relucir el espíritu solidario y de compañerismo de todos los clubes, y del nuestro en particular”, resaltó Luciano Gardela, presidente del club Estrella.
Paradójicamente, Estrella debió resurgir de entre los escombros en 1982, cuando su escenario de juego quedó destruido al cabo de otro inusitado fenómeno meteorológico suscitado en la madrugada del 13 de febrero de aquel año.
“Los mismos socios y allegados trabajaron en la reconstrucción, como actualmente lo está haciendo toda la ciudad. Esa impronta que se manifiesta en cada acción del club quedó expuesta en esta oportunidad, cuando grandes y chicos realizaron una labor descomunal colaborando en cocinar, clasificar, gestionar y conseguir elementos”, amplió.
En tanto, el centro de evacuación dispuesto en el estadio “Norberto Tomás” del club Olimpo estuvo a cargo de Gonzalo Campos, quien subrayó que “la entidad nos abrió las puertas en el peor momento, por lo que fuimos ocupando espacios en función de las necesidades”.
“Agradezco expresamente a las autoridades de Olimpo y a todos los colaboradores que se acercaron desinteresadamente, ya sea de la acción católica, estudiantes, movimientos de scouts, particulares y representantes de instituciones, entre otros”, amplió.
Juan Ignacio “Pepe” Sánchez, mentor de Bahía Basket, explicó que “el Dow Center se convirtió en un centro logístico del que salió la ayuda recibida rumbo a los lugares que iba definiendo el Comité de Crisis. Hubo un montón de gente que vino a colaborar, en un momento en el que la emergencia movilizó el día a día de las personas”.
“Los voluntarios, las fuerzas de seguridad, los operarios que llegaron de otros lugares y los rostros de preocupación de esos individuos fueron un combustible para paliar la crisis y para que #FuerzaBahía, la campaña que impulsamos junto a Manu Ginóbili y demás referentes bahienses, resultara exitosa”, destacó.