Alergia a la proteína de la leche de vaca

Esta afección inmunológica puede manifestarse con síntomas diversos, desde leves (como cólicos, vómitos y diarrea, reacciones en la piel como urticaria  y eccema) hasta graves (dificultad para respirar y anafilaxia). Es más común en bebés y niños pequeños, y puede afectar a lactantes que son amamantados si la madre consume leche de vaca.


Considerada como la alergia alimentaria más frecuente durante la infancia, la alergia a la proteína de la leche de vaca (APLV) afecta en nuestro país a más de 15 mil bebés por año.
Se trata de una respuesta inmunológica exagerada del bebé ante la ingesta de una o más proteínas de la leche de vaca, las cuales atraviesan la leche materna y pueden sensibilizar a niños y niñas con predisposición a estas manifestaciones.
Esta alergia alimentaria se puede manifestar de dos maneras:
- De respuesta inmediata luego de la exposición al alimento: con erupciones cutáneas, ronchas, hinchazón de labios y párpados, o alergia oral, que afecta a labios, lengua y garganta. Su respuesta más severa es la anafilaxia, una reacción alérgica que puede llegar a obstruir las vías respira- torias y poner en riesgo la vida.
- De respuesta tardía: con síntomas digestivos como vómitos, cólicos, diarrea, moco y sangre en materia fecal.
Esta alergia afecta a muy pocos bebés menores de 1 año y a menudo desaparece cuando cumplen los 3 años.
Por lo general, la APLV se desarrolla durante el primer año de vida y suele pasar tiempo entre los primeros síntomas, la alerta de sus cuidadores y, finalmente, el diagnóstico y tratamiento.


Lamentablemente, esta alergia no siempre es fácil de detectar porque los síntomas son similares a los de otras condiciones médicas.


El abordaje de la APLV requiere del trabajo en conjunto de la familia, el pediatra de cabecera, el equipo médico y la comunidad, ya que se debe evitar que el niño o niña ingiera cualquier alimento que contenga la proteína de la leche de vaca, un aspecto que se vuelve más difícil cuando empieza a ir a la escuela o a visitar casas ajenas.
En tanto, quien amamante debe modificar su dieta. Esta estrategia constituye el primer paso en la terapia y se denomina “dieta de exclusión”, ya que la madre debe dejar de consumir cualquier producto lácteo o que contenga la proteína de la leche de vaca.

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Modificado por última vez en Viernes, 18 Julio 2025 12:09

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