Presentes en todo momento en nuestra memoria colectiva, las Islas Malvinas constituyen un territorio nacional de ultramar que, a pesar de que actualmente se encuentra en manos británicas y cuya soberanía sigue reclamando nuestro país, puede ser visitado por los ciudadanos argentinos.
En la actualidad existen dos opciones para llegar a las Malvinas. Por un lado la vía aérea desde Punta Arenas, Chile (una vez por mes este vuelo hace escala en Río Gallegos), con una sola frecuencia semanal que obliga a una estadía mínima de siete días en las islas, y por otro los cruceros, que incluyen a Puerto Argentino como uno de los destinos que incluyen a la Patagonia y la Antártida.
Dos islas principales, Gran Malvina y Soledad, y más de 770 islotes conforman el Archipiélago de las Malvinas, situado a 930 km de la Antártida, a 1.080 km de las Islas Aurora, a 490 km de Chile y a 465 km de la costa de Argentina.
Alberga llanuras pantanosas, lagos y numerosas cadenas montañosas, donde sobresale el Cerro Alberdi, el pico más alto del archipiélago con una altura de 705 metros.
Puerto Argentino contiene una pequeña población, pero es un lugar con grandes cosas para hacer y ver, como por ejemplo la Catedral de la Iglesia de Cristo anglicana, la más austral del mundo, visitar colonias de pingüinos, lobos y elefantes marinos, observar albatros y gaviotas, o disfrutar de un té o una cerveza en un acogedor bar.
Más allá de descubrir esta pintoresca ciudad de impecables jardines, en la que sobresale la Casa de Gobierno que, además de ser la residencia de todos los gobernadores elegidos desde 1845 alojó a Sir Ernest Shackleton en su famosa Expedición Antártica, también puede apreciarse una visita a una granja ovina o comprar productos locales de lana como suéteres, gorros, guantes, pingüinos de juguete y recuerdos.
Emprender una aventura en estas islas del Atlántico Sur necesariamente tiene que contener un capítulo reservado para los increíbles paisajes del interior, en los que pueden observarse los monumentos bélicos existentes y el Cementerio de Darwin, el lugar en el que descansan los restos de algunos de los soldados argentinos que perdieron la vida combatiendo en el conflicto bélico de 1982.