Recomendada para las personas que buscan pasar sus vacaciones en sitios tranquilos con bellas playas, clima cálido y buena oferta hotelera, Maragogi representa uno de los lugares más atractivos de Brasil.
En este contexto, uno de sus grandes encantos lo constituyen las hermosas piscinas naturales que se forman en los arrecifes de corales al bajar la marea, ubicadas a algo más de 6 kilómetros de la playa, a los que se llega con catamaranes que parten de la costa.
Las zonas abiertas al público en este área perteneciente a la famosa Costa de los Corales son tres: Galés, Taocas y Barra Grande. Tras media hora de navegación, las embarcaciones se detienen para que los pasajeros contemplen el entorno y, con el agua por la cintura y la ayuda de un snorkel, puedan disfruta de un espectáculo increíble donde la fauna marina es la protagonista.
Situada a mitad de camino entre Maceió y Recife, a aproximadamente 120 kilómetros de cada una de estas ciudades, Maragogi se ubica en el noreste brasileño y gracias a su proximidad al ecuador cuenta con temperaturas que rondan los 25 grados de media anuales.
El respeto y la calidez con la que los lugareños tratan a los turistas pueden evidenciarse en la multitud de tiendas artesanales y locales que pueblan el centro del lugar, donde también es posible probar la deliciosa gastronomía local en terrazas ubicadas encima de la playa.
Rodeadas por cocoteros y bañadas por aguas cálidas y cristalinas, las playas de arena fina se extienden a lo largo de 23 kilómetros, en un variado menú que incluye desde el sector urbano, muy concurrido durante los fines de semana, hasta la tranquila Antunes, no muy frecuentada por visitantes.
Otras playas recomendadas son Sao Bento, al sur de la ciudad y muy cerca de un pequeño pueblo de pescadores; la solitaria Camacho, en la zona donde desagua el río Maragogi, y Burgalhau, situada al norte justo en la desembocadura del río Paus.