Al pie de la Cordillera de los Andes y a 230 kilómetros de la ciudad de Mendoza, San Rafael invita al visitante a emocionarse, descubriendo bellezas naturales y grandes experiencias, en una rara conjunción de tranquilidad y adrenalina.
Terruño de inmejorables condiciones para la elaboración de espumantes y vinos de alta calidad, el suelo sanrafaelino tiene características excepcionales para el desarrollo de la vitivinicultura, una actividad que puede apreciarse a través de una recorrida por alguna de las emblemáticas bodegas de la región.
No muy lejos de la ciudad se encuentra el Cañón del Atuel, un lugar milenario único por sus características y su belleza. Para llegar, un serpenteante camino consolidado recorre paisajes geológicos que dejan maravillados a quienes se internan a través de las numerosas y variadas figuras (El Mendigo, el Bosque de Coníferas, los Jardines Colgantes, El Elefante, El Sillón de Rivadavia, Los Monstruos y el Lagarto, entre otras) que el viento, el agua del río Atuel y el tiempo supieron tallar.
También surcado por las aguas del Atuel aparece El Sosneado, un pequeño paraje rodeado por hermosos paisajes, que invitan a disfrutar de la extrema serenidad y la aventura que reina en las montañas.
En tanto, a 35 kilómetros de San Rafael se encuentra la presa Los Reyunos, un espejo de agua artificial en el que es factible realizar distintas actividades y que puede visitarse junto con las Salinas del Diamante, formadas hace miles de años por la evaporación de agua de mar, y las Dunas El Nihuil, ubicadas en las cercanías del lago del mismo nombre, una inmensa superficie de 30 mil hectáreas de arena que maravilla al viajero que se adentra en ese paraje, a través de una excursión que se realiza en vehículos de doble tracción con guías especializados.
Por otra parte, a unos 25 kilómetros de la ciudad se sitúa Villa 25 de Mayo, pequeño asentamiento urbano-rural que puede ser catalogado en su conjunto como “pueblo museo”, lugar en el que se instalaron en los comienzos del siglo XIX los primeros habitantes de la zona, que llegaron a montar un fuerte de avanzada, como parte de la planificación de la Campaña del Desierto.