La FAO y una cruzada contra el hambre

En representación del sector privado, la Cooperativa Obrera estuvo presente en la 38° Conferencia Regional de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) para América Latina y el Caribe que se desarrolló en Guyana. El encuentro estuvo centrado en aunar esfuerzos para erradicar el hambre, la inseguridad alimentaria y todas las formas de malnutrición.


Se desarrolló en Georgetown, capital de Guyana, la 38° Conferencia Regional de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) para América Latina y el Caribe, encuentro del que tomó parte el subgerente general de la Cooperativa Obrera, Pablo Barbieri, en representación del sector privado.
El mencionado sector, embajador de los actores y sistemas agroalimentario, pecuario, pesquero, forestal, acuícola, avícola y del procesamiento, distribución y comercialización de los alimentos y bebidas, integrado por grandes, pequeñas y medianas empresas/productores, cooperativas, y otras agremiaciones de la economía de la región, expresó su apoyo a las propuestas de prioridades regionales de la FAO para su próximo bienio con relación a una mejor nutrición, producción, protección medioambiental y calidad de vida.
Asimismo, los representantes del ámbito privado destacaron su compromiso en aportar a la solución de los retos identificados por la FAO, contribuyendo para el desarrollo global de los sistemas agroalimentarios, la eliminación de la pobreza y el hambre, la mejora integral del bienestar de las personas, en concordancia con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) y la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, con los ajustes necesarios a las realidades de América Latina y el Caribe.
El encuentro, que contó con la presencia de Mohamed Irfaan Ali, presidente de Guyana, y de ministros y viceministros de los 33 países de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) que acordaron y validaron el Plan de Seguridad Alimentaria y Nutricional y Erradicación del Hambre 2030, fue encabezado por Qu Dongyu, director general de la FAO y quien fuera viceministro de Agricultura y Asuntos Rurales de China, secundado entre otras autoridades por el uruguayo Mario Lubetkin, representante regional de la FAO para América Latina y el Caribe.
En su discurso de apertura de la conferencia, Lubetkin destacó que “por primera vez y con enorme realismo, 33 países dicen: ‘tenemos que ir juntos en una misma dirección, porque esa será la contribución de los latinoamericanos y caribeños para ayudar a reducir o eliminar el escenario de hambre global’”.
“Este es un elemento de enorme importancia, porque en una región donde hay muy pocos acuerdos sobre nada, se demuestra que la seguridad alimentaria es posible más allá de los colores políticos”, resaltó.
En tanto, el licenciado Pablo Barbieri manifestó que “si bien fue un encuentro con fuerte participación de los gobiernos, en el que se discutió acerca de las políticas inherentes al sistema agroalimentario, el sector privado también pudo expresar mucho al respecto, principalmente porque es el que lleva adelante gran parte de este sistema”.
“Es muy importante que en reuniones de este tipo esté convocada la parte privada y más aún que dentro de este aspecto esté contemplado el movimiento cooperativo, porque tanto desde la producción como desde la distribución tiene mucho para decir y para ofrecer”, acotó.
En otro orden, el subgerente general de la Cooperativa Obrera reconoció que “llama la atención que en nuestra región, que produce alimentos para todo el mundo, el hambre y la malnutrición tengan serios efectos en la población”.
“En lo personal me llevo una preocupación importante por los altos niveles reflejados en tal sentido en Latinoamérica y especialmente en el Caribe, que son mucho mayores aún. De todas maneras hay grandes desafíos para afrontar en conjunto entre la parte privada, la sociedad civil, la academia y los gobiernos con miras a acabar con este flagelo”, subrayó.
Por otra parte, Barbieri señaló que “los representantes de la FAO y de distintos gobiernos latinoamericanos visualizan en el modelo ofrecido por las cooperativas de consumo, en el que obviamente sobresale La Coope, una forma de distribución de los alimentos adecuada para los desafíos que se plantean”.
“El hecho de que la Cooperativa Obrera produzca y distribuya alimentos saludables, haciéndolo de una manera equitativa y dándole lugar tanto a productores locales y regionales como a cooperativas de producción y agroalimentarias, así como trabajar sobre la disminución de las pérdidas de alimentos, está completamente alineado con la agenda de la FAO, por lo que refuerza que estamos en el camino correcto”, afirmó.

Conclusiones del encuentro

Los debates efectuados durante la Conferencia Regional de la FAO se centraron acerca de los retos y cuestiones prioritarias relacionadas con la alimentación y la agricultura, con el fin de promover la coherencia regional en las cuestiones políticas de carácter global.
Los objetivos prioritarios del encuentro se basaron en garantizar la eficacia de la labor de la FAO al servicio de los Estados miembros, y en definir las áreas prioritarias de trabajo para cada bienio.
En tal sentido, participaron activamente ministros de Agricultura de los Estados miembros. representantes de organizaciones regionales, interregionales e internacionales, de la sociedad civil y del sector privado, que fueron invitados como observadores a las distintas sesiones efectuadas durante la conferencia.
Respecto de las conclusiones del encuentro, la Conferencia Regional manifestó:
• Su seria preocupación por las dificultades para erradicar el hambre y la malnutrición, la pobreza rural y la pobreza extrema. Si bien en América del Sur descendieron los índices de pobreza extrema del 7 al 6,1% según la última medición anual, lo que equivale a una reducción de 3,5 millones de personas subalimentadas, esta cifra supera en 6 millones los niveles establecidos en 2019, previos a la pandemia. A su vez, la población subalimentada en la subregión del Caribe creció en 2022 del 14,7 al 16,3%.
 • Tras evaluar el trabajo realizado, instar esfuerzos de la FAO y los países miembros para mitigar la malnutrición, en especial en niños, donde los índices evidencian un incremento del sobrepeso y la mala alimentación.
• Hacer hincapié en la necesidad de reducir las desigualdades evidenciadas en la región, particularmente en los agricultores familiares y productores de pequeña escala, mujeres, jóvenes, pueblos indígenas, personas afrodescendientes y todos los grupos vulnerables.
• El reconocimiento del fundamental papel que cumplen los sistemas agroalimentarios para el avance económico, promo- viendo el acceso a una alimentación saluda- ble, la generación de empleo, la gestión de los recursos naturales en forma sustentable y en la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible.
• Poner el acento en los desafíos planteados para transformar los sistemas alimentarios con miras a reducir los cambios climáticos. Paralelamente, alertar sobre los conflictos, la desaceleración y la contracción de la economía, las desigualdades, la pérdida de biodiversidad y la degradación ambiental, así como sobre los desastres naturales, que podrían causar un incremento de los niveles de pobreza extrema para 2030.
• Instar a continuar y acelerar la lucha contra la pérdida y desperdicio de alimentos.
• Reconocer la necesidad de mejorar el apoyo financiero y las acciones concretas para aumentar la resiliencia y sostenibilidad de los sistemas agroalimentarios. En tal sentido, resulta recomendable fortalecer la capacidad de los gobiernos para responder a las necesidades cambiantes del comercio, a fin de aumentar la transparencia y respaldar a las pequeñas y medianas empresas, así como a las cooperativas y los agricultores familiares, con vista a mejorar su capacidad de lograr y mantener su acceso a los mercados y su participación en las cadenas de suministro mundiales.
• La necesidad de adaptar marcos jurídicos, reglamentarios y programáticos para abordar la seguridad alimentaria y la nutrición, el derecho humano a la alimentación, la reducción de la pérdida y el desperdicio de alimentos y las dietas salu- dables, así como que se facilite el acceso a la información y educación nutricional acerca del suministro de alimentos sanos, inocuos, diversos y nutritivos.
De cara al próximo bienio, la FAO y los gobiernos de los países miembros marcaron una nutrida actividad para seguir trabajando en la transformación de los sistemas agroalimentarios, que a la fecha demuestran cambios insuficientes para los desafíos planteados en los Objetivos de Desarrollo Sostenible adoptados por las Naciones Unidas en 2015, que representan el corazón de la Agenda 2030.

“Avanzamos hacia una transformación rural inclusiva, fortaleciendo el trabajo de las cooperativas agroalimentarias, la protección de los derechos y la inclusión económica de las mujeres, los jóvenes, los pueblos indígenas y afrodescendientes del medio rural ˝ .

Mario Lubetkin, representante regional
de la FAO para América Latina y el Caribe

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Modificado por última vez en Miércoles, 17 Abril 2024 16:23

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