Logros y problemáticas de la Generación Z o Generación de Cristal

El término, que ha ganado popularidad en los últimos años, describe peyorativamente a quienes nacieron en la década de 2000 como frágiles y necesitados de protección, sin tener en cuenta además su talento y resiliencia para enfrentar desafíos personales y laborales significativos.


La irrupción de la Generación Z o la Generación de Cristal, un término con el que se está familiarizando la sociedad, atribuyéndole una supuesta fragilidad a aquellos jóvenes crecidos o nacidos en los albores del siglo XXI a la hora de enfrentarse a los embistes de la vida adulta, no ha pasado desapercibida.
Más allá de esa supuesta falta de tolerancia ante la frustración y las críticas, basadas más en interpretaciones de generaciones anteriores que en datos objetivos, lo cierto es que está comprendida por jóvenes sensibles, creativos e intuitivos, que nacieron en una época de muchos cambios en el mundo.
Se trata de una generación hiperconectada que expresa abiertamente sus emociones y pensamientos, que se está empoderando y se muestra dispuesta a cambiar una realidad del planeta marcada por la pobreza, la crisis medioambiental y la destrucción de la fauna y la flora silvestre.
Algunos profesionales que han realizado estudios acerca de estas generaciones sostienen que “son jóvenes bastante reflexivos que ponen el dedo en la llaga en temas urticantes, porque entienden que el crecimiento a como de lugar no está bien y es necesario un cambio, convirtiéndose en activistas medioambientales, de los derechos humanos, de la equidad de género, del cuidado de los animales y la preservación del planeta”.
Una de las críticas más recurrentes a quienes componen la denominada Generación de Cristal es la supuesta sobreprotección con la que muchos han crecido, debido, especialmente, al cambio experimentado en la crianza y educación por parte de los padres, diferente a la de generaciones anteriores más estrictas, basadas en el orden, la disciplina y la enseñanza de valores.
Entendidos en la materia consideran que “por lo general, los adultos creen que los jóvenes están desconectados de la realidad, aunque eso no sea así porque ellos están permanentemente interconectados, gracias a las nuevas tecnologías, las redes sociales y los teléfonos móviles, con otras comunidades en diversas partes del mundo y que, seguramente, comparten sus mismos principios y sentimientos”.
“Lo cierto es que están surgiendo fenómenos culturales donde los protago- nistas son precisamente los jóvenes que corresponden a esta nueva generación y que, en la búsqueda de nuevas formas de expresión, encuentran en el arte digital otra manera de generar nuevas realidades”, destacan.

Padres sobreprotectores

Según la filosofa española Monserrat Nebrera, los nacidos con el siglo XXI crecieron con madres y padres que los sobreprotegen, por lo que la fragilidad que evidencian representa un rasgo inevitable.
Pero en lugar de percibir esta sensibilidad como una debilidad, numerosos expertos la interpretan como un cambio en la conciencia y en la atención hacia distintas problemáticas sociales.
En tal sentido, el término “de cristal”, que suele tomarse como peyorativo, refleja asimismo que nos encontramos ante una variación en la forma en que los jóvenes enfrentan a los desafíos del mundo actual.
“Durante años y años nos enseñaron que no solo debíamos mantenernos al margen de lo que sucedía, sino que no teníamos que involucrarnos ni evidenciar un montón de cosas que nos pasaban. Ahora los jóvenes están empezando a revelarse contra esto y a expresar su parecer”, señaló Nebrera.
Por otra parte, a diferencia de las generaciones anteriores que dan importancia a la estabilidad financiera y la seguridad laboral, los jóvenes “de cristal” ponen en primer plano la realización personal, la justicia social y la sostenibilidad ambiental.
Tal vez por esta razón desafían las normas tradicionales en lo que respecta a los estudios, la familia y el trabajo, optando generalmente por empleos que se alinean con sus valores y buscando un equilibrio entre vida laboral y personal, sintiéndose atraídos a la búsqueda de reconocimiento instantáneo en roles como influencers.
También experimentan inquietudes relacionadas con el temor al fracaso y la protección excesiva de sus padres, e incluso cuestionan la idea de formar una familia en un mundo que enfrenta desafíos significativos.
En tanto, estos nuevos adultos suelen percibir que sus antecesores son menos receptivos a nuevas ideas y puntos de vista, en comparación con su propia mentalidad, más abierta y progresista.


De todas maneras y pese a esto, aprecian la experiencia y son conscientes que las personas mayores tienen conocimientos y lecciones de vida que pueden resultar valiosas.


Según la profesional española, por un lado existe una nueva mentalidad relacionada con un deseo de cambio y, por otro, refleja el progreso de la sociedad.
Finalmente, destacó la importancia de no juzgar a esta generación, reconociendo que cada individuo posee una historia de vida única, al tiempo que consideró fundamental comprender que, a medida que el mundo evoluciona, también lo hace el pensamiento de los jóvenes, un cambio que se puede considerar positivo.

Principales características

Algunas de las principales características que comparten los jóvenes que pertenecen a la Generación Z o de Cristal se centran en lo siguiente:
• Desde que nacieron, la tecnología y las redes sociales forman parte de estilo de vida, a diferencia de sus padres, para quienes las ciencias aplicadas representan herramientas de trabajo.
• Como la tecnología forma parte de su día a día, generar amistades y romances vía redes sociales se convierte en una realidad y no en una simple ilusión.
• Muestran interés disminuido por la lectura o ciertas demostraciones culturales.
• Sus habilidades están mayormente enfocadas hacia lo audiovisual.
• Son sensibles a la problemática social y se hacen escuchar ante realidades que la generación de sus padres llegó a normalizar. Por eso hoy no resulta extraño que quienes pertenecen a la Generación de Cristal eleven su protesta en temas sensibles como el racismo, la misoginia, la contaminación ambiental, la violencia de género, los abusos o la discriminación.
• Expresan su parecer contra aquello que consideran injusto.
• Son sensibles emocionalmente y menos tolerantes a la frustración.
• También manifiestan sensibilidad frente al rechazo y a la crítica.
• Son altamente demandantes y cuestionadores.
• Expresan abiertamente sus emociones y pensamientos.
• Tienen baja tolerancia a la frustración.
• Tienden a experimentar bajones anímicos cuando las cosas no suelen ser como lo esperan.
• Son altamente creativos y evaden el sufrimiento.

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Modificado por última vez en Miércoles, 03 Abril 2024 15:34

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