Según estudios realizados a nivel mundial, las colillas de los cigarrillos constituyen el residuo más desechado de todo el planeta, ya que se estima anualmente sobre producción global de seis mil millones, unos 766,6 millones de kilogramos representan basura tóxica.
Por tal motivo, el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) y la Secretaría del Convenio Marco de la Organización Mundial de la Salud para el Control del Tabaco lanzarán en el corto plazo una campaña en las redes sociales con el objetivo de concienciar sobre el impacto medioambiental y sanitario que provocan.
Cuando se desechan de manera inadecuada, las colillas se descomponen por la acción de la luz solar y la humedad, que ayudan a desprender microplásticos, metales pesados y sustancias químicas que impactan en la calidad de los ecosistemas.
Un estudio realizado por la Universidad Nacional de San Luis (UNSL), que analizó colillas de cigarrillos de diez marcas que se venden en el país, elaboradas con tabaco rubio, negro, mentolado y light, concluyó que tanto los filtros como el humo contienen altos contenidos de cadmio, un metal tóxico que es dañino para la salud y el medio ambiente, por lo que alertan que las colillas deberían ser tratadas como residuos peligrosos.
Justamente por la alta presencia de colillas de cigarrillos en las playas, el ecosistema marino resulta el más perjudicado, ya que aves, peces, mamíferos, plantas o reptiles se ven seriamente afectados en el largo plazo al tomar contacto directo con las sustancias químicas nocivas de los microplásticos.
Además, estas sustancias tóxicas ingeridas por los peces, ingresan en la cadena alimenticia por lo que conllevan graves impactos en la salud de las personas como cambios genéticos, daños cerebrales y afectaciones en respiración, entre otras. En tal sentido, se ha estimado que ingerimos 5 gramos de microplásticos por semana, el equivalente a una tarjeta de crédito.
25 años en degradarse
Por otra parte, para la organización mundial estadounidense Ocean Conservancy, fundada en 1972, una colilla de cigarrillo puede tardar hasta 25 años en degradarse y contaminar hasta 50 litros de agua potable.
Algunos investigadores cuestionan incluso la eficacia de los filtros en los cigarrillos, argumentando que, en todo caso, facilitan la predisposición del individuo a fumar, y paradójicamente, a enfermar.
El informe del PNUMA, denominado “De la contaminación a la solución”, muestra que en los últimos años la contaminación por plásticos creció considerablemente en los ecosistemas acuáticos, al punto que se prevé que se duplique con creces para 2030, de acuerdo con un informe que publicó Newsweek Argentina.
Siempre siguiendo lo que resaltó el estudio, esta situación traería consecuencias muy serias para la salud humana, la economía mundial, la biodiversidad y el clima.
Para afrontar esta cruda realidad, una coalición mundial formada por 63 países impulsará la campaña de concientización Mares Limpios, dedicada a procurar erradicar la contaminación marina por plásticos, que será lanzada a través de las redes sociales con el respaldo del PNUMA y la OMS.