A mediados del año pasado, la Organización Mundial de la Salud (OMS) reconoció oficialmente al exceso de trabajo, también conocido como “síndrome de burnout”, como un trastorno mental en la última versión de la Clasificación Internacional de Enfermedades (CIE).
La OMS lo incluyó en la sección “problemas asociados al empleo y desempleo” y lo describió como “un síndrome resultante de un estrés crónico en el trabajo que no fue gestionado con éxito”.
Paralelamente, el Observatorio de Tendencias Sociales y Empresariales de la Universidad Siglo 21, la institución que mide el índice de bienestar emocional y estrés en trabajadores argentinos, realizó un estudio que dio cuenta que el 41% de las personas presenta signos ligados al síndrome de burnout o agotamiento laboral.
Los entendidos en la materia sostienen que algunas de las principales causas de la enfermedad pueden centrarse en las presiones inherentes a procurar tener éxito en el plano laboral y acceder de tal manera a los bienes de consumo que supuestamente traen consigo la felicidad.
Para combatir el síndrome resulta fundamental reconocer los síntomas y las consecuencias, al igual que el tratamiento para su cura.
Debido a que las exigencias del mundo laboral actual son altas, por lo que los profesionales a veces se ven sobrepasados por sus obligaciones o presiones externas, es necesario tomar conciencia acerca de que el estrés laboral debe ser tratado a tiempo por profesionales expertos en el tema.
De lo contrario se pueden recibir diagnósticos erróneos o desarrollar patologías más graves, tales como la depresión, la ansiedad u otros cuadros psiquiátricos complejos.
Es importante que los individuos que lo padecen sean capaces de detectar si sufren síntomas tales como para poder recibir el tratamiento adecuado que los lleve a superar la problemática y no dejar que esta lo afecte en otros ámbitos de la vida.