La neuralgia del trigémino es un trastorno nervioso que causa un dolor punzante, repentino y sorpresivo en distintas partes de la cara.
Una sensación de ardor puede ocurrir antes de ese dolor constante y espasmódico característico de la afección, que puede extenderse por días o incluso meses. Cuanto más tiempo dure, menores son las posibilidades de que desaparezca, aunque también hay casos en que algunas personas que la sufren atraviesan períodos sin dolor.
Generalmente afecta a personas mayores de 50 años, en especial mujeres y la causa probable se centra en un vaso sanguíneo que presiona al trigémino, uno de los nervios más grandes en la cabeza.
Los síntomas pueden comprender uno o más patrones y ocasionan episodios de dolor agudo, que pueden percibirse como una descarga eléctrica.
Estos ataques espontáneos de dolor en las zonas inervadas por el trigémino (como la mejilla, la mandíbula, los dientes, las encías, los labios o, con menor frecuencia, los ojos y la frente) pueden ser desencadenados por simples acciones como tocarse el rostro, masticar, hablar o cepillarse los dientes.
Resulta habitual que el dolor afecte un solo lado del rostro a la vez, aunque en raras ocasiones puede involucrar ambos sectores del rostro. Asimismo, los ataques se hacen más frecuentes e intensos con el transcurrir del tiempo.
Su pronóstico depende de la causa de la problemática. Si no se debe a ninguna enfermedad, el tratamiento puede brindar algo de alivio.
Las complicaciones derivadas de la afección suelen deberse a efectos secundarios de los medicamentos utilizados para tratarla.
También pueden padecerse problemas ocasionados por procedimientos tales como pérdida de sensibilidad en el área tratada o de peso por falta de alimentación para evitar que el dolor se desencadene. Asimismo pueden evidenciarse niveles altos de ansiedad durante los ataques agudos.