Agencias de viajes y operadores turísticos comenzaron a promocionar con miras a la próxima temporada estival propuestas flexibles, que buscan generar una compra anticipada con beneficios a la hora de decidir fechas y, en algunos casos, incluso modificaciones de hoteles y/o destinos.
Ya están disponibles alternativas para viajar por nuestro país, el Caribe, naciones de Sudamérica como Brasil o Perú o circuitos por países de Europa poco impactados por el Covid-19, que se espera sean los que mejor funcionen operativamente y donde no habrá dificultad para el ingreso y la movilidad.
Básicamente lo que se ofrece al pasajero mediante esta modalidad puede dividirse en 3 pasos:
1) La elección del hotel (dependiendo del destino hay distintas opciones disponibles).
2) La reserva de la temporada o fecha estimativa (opción 1: los meses de verano; 2: los de otoño y 3: el resto del año).
3) La definición de la fecha real hasta 21 días antes del viaje.
Algunas cadenas hoteleras internacionales ofrecen, al momento de definir la fecha, la posibilidad de cambiar entre propiedades de la cadena en otro destino, por ejemplo si se encontrase un vuelo más barato. Un aspecto no menor es que la tarifa se conserva, indistintamente el destino y el hotel.
Otra ventaja interesante es que la compra es no nominativa, o sea, podrá definirse quién viajará hasta 21 días antes. El pago sí se realiza al momento de la transacción, pero permite definir más adelante quién, cuándo y dónde viaja.
Por otra parte, uno de los mayores atractivos de la compra de viaje anticipado es la posibilidad de congelar el valor del dólar oficial (más el 30% de impuesto), hecho que está encontrando respuestas positivas en los turistas que se espera sigan en aumento, a partir de la mayor confianza que depararía la reapertura de los distintos destinos y el retorno a las operaciones de las diferentes aerolíneas.