El último informe dado a conocer por el Observatorio de Psicología Social de la Facultad de Psicología de la Universidad de Buenos Aires (UBA) acerca de la salud mental de la población argentina reflejó algunos datos preocupantes.
Es que el relevamiento efectuado entre más de dos mil personas indicó que el 75,95 % de los encuestados confesó que padece alteraciones del sueño de algún tipo, un mal que se acrecentó tras la pandemia por el Covid.
Según los datos obtenidos por los expertos del OPSA, el 38,61% de los consultados adujo insomnio o sueño interrumpido y el 21,39% admitió que duerme menos de lo habitual, mientras que el 15,95% destacó que duerme más que las ocho horas aconsejadas.
En otro orden, frente a la pregunta “¿qué hace cuando experimenta malestares psicológicos o tiene problemas emocionales?”, más del 40% dijo que dialoga con amigos/as, en tanto que otras respuestas se inclinaron por recurrir a un profesional psicólogo/a, rendirle culto a algún credo religioso o realizar una actividad física.
Precisamente llevar a cabo algún tipo de ejercitación física es la principal acción positiva que rescató el estudio sobre la salud mental de la población.
Entre quienes llevan a cabo actividades fueras del horario laboral, algunos de los participantes dijeron que meditan y otros que realizan acciones artísticas y comunitarias, mientras que los restantes se inclinaron por la práctica del yoga o de alguna religión.
En este sentido, los expertos señalaron que aquellos que desarrollan estas acciones positivas “mostraron menores niveles de ansiedad y depresión que aquellos que no lo hacen”. Es más, indicaron que “la actividad física se asocia con menor sintomatología”.
“Los datos replican los observados en estudios previos, destacándose la necesidad de políticas activas de salud mental a través de la promoción de conductas saludables, el incremento del acceso a tratamientos psicológicos y el desaliento de las conductas problemáticas”, destaca el documento en las conclusiones.