A juzgar por lo que viene aconteciendo año tras año, es innegable que los bosques se encuentran cada vez más amenazados en todo el planeta debido a las quemas provocadas por la actividad humana y los fenómenos naturales.
La magnitud de los incendios forestales llamó la atención especialmente en el último tiempo por los sucesos registrados en el estado estadounidense de California, pero también representan una amenaza a nivel nacional, ya que sin ir muy lejos, el incendio que afectó el mes pasado al Parque Nacional Nahuel Huapi provocó la autoevacuación de vecinos y turistas que temieron ser alcanzados por las llamas.
Circunscribiéndonos exclusivamente a lo que viene sucediendo en nuestro país, el 95% de los incendios forestales son producidos por la mano del hombre, según datos proporcionados por el Ministerio de Ambiente de la Nación.
La misma cartera nacional estima que en la última década el fuego arrasó más de 80 mil hectáreas en las provincias de Neuquén, Río Negro, Chubut y Tierra del Fuego, una superficie similar a casi 4 veces la Ciudad de Buenos Aires.
De acuerdo con un informe dado a conocer por la Fundación Greenpeace, las causas que inician las llamas pueden ser muchas, desde fogatas y colillas de cigarrillos mal apagados, hasta el abandono de tierras y la preparación de áreas de pastoreo con fuego. Incluso, claro, el desarrollo agropecuario e inmobiliario.
Sea como sea, cuando se encuentra a los responsables las multas que se les aplican demuestran ser insuficientes para desalentar otros incendios intencionales. Al mismo tiempo, quienes iniciaron el fuego rara vez son obligados a reforestar.
En un contexto en que los incendios forestales se vienen repitiendo urge no solo que los gobiernos dispongan recursos y fondos en mayor infraestructura para controlar y combatir el fuego, sino también para investigar las causas y asegurar la regeneración de las zonas dañadas.
Ante todo, prevención
Para evitar la propagación de las llamas y la destrucción de la naturaleza es fundamental la prevención, especialmente en días calurosos y secos cuando se visita un área boscosa, se va de campamento y se realiza un fogón.
En tal caso es conveniente seguir estos consejos:
• A la hora de prender una fogata o encender fuego para una comida, hacerlo solo en lugares habilitados, evitando realizarlo debajo de árboles.
• Evitar encender fuego si es época de sequía.
• Al terminar, es fundamental apagar bien las cenizas, arrojando abundante agua.
• Remover las cenizas para verificar que no quedaron brasas encendidas.
• No tirar colillas de cigarrillos ni fósforos mal apagados.
• Evitar dejar vidrios, botellas rotas o latas tiradas, ya que pueden terminar funcionando como una lupa y provocar un incendio.
• Es clave que la quema de residuos de poda se realice cuando está habilitada y en áreas seguras.