Un informe dado a conocer por la agencia nacional de noticias Télam destacó que si se arbitran las medidas de protección solar en niños y niñas se evitaría un gran porcentaje de problemas cutáneos en la adultez, entre los más importantes el cáncer de piel.
En plena época estival, especialistas en la materia coincidieron en señalar no sólo que el daño que generan las radiaciones solares es acumulativo, sino que el 80% del perjuicio en ese sentido se produce antes de los 18 años.
A modo de precaución, destacaron la necesidad de que a la hora de exponerse al sol, niños y niñas se coloquen una remera preferentemente de color oscuro, un gorro o sombrero de ala ancha para cubrir cara, orejas y gran parte del cuello y, en lo posible, anteojos de sol con filtro solar para proteger los ojos y zonas perioculares.
También consideraron fundamental hidratarse, bebiendo abundante agua durante el día y aumentando la frecuencia de las tomas de pecho en bebés amamantados, así como colocarles diariamente crema hidratante sobre la piel.
Por otra parte, se resaltó de manera especial que los lactantes menores de 6 meses no tienen que ser expuestos directamente a la luz solar y, si están al aire libre, se los debe ubicar a la sombra y en un lugar fresco.
Protectores solares
Respecto de los protectores solares, los especialistas aconsejan usarlos a partir de los 6 meses, aplicándolos de manera uniforme y generosa 15 a 30 minutos antes de exponerlos al sol y cada 2 horas mientras dure la exposición solar, o incluso antes si hubo inmersión en agua, sudoración excesiva o frotamiento de la piel con una toalla.
Asimismo, deben ser de fácil aplicación, amplio espectro de absorción UV, no irritante y cosméticamente agradables.
El Factor de Protección Solar (FPS) evidencia la eficacia en cuanto al grado de protección que ofrece: existen compuestos con protección baja (FPS 2 a 15), media (FPS 15 a 30), alta (FPS 30 a 50) y muy alta (FPS mayor a 50)En el informe de Télam especialistas en dermatología resaltaron que en el paciente pediátrico los fotoprotectores deben tener un FPS alto, ser de amplio espectro para rayos UVA (provocan el envejecimiento prematuro de la piel) y UVB (son los causantes del bronceado y también de las quemaduras) como también resistentes al agua.
Explicaron que las radiaciones UVA se asocian con el cáncer de piel, mientras que las UVB con quemaduras solares agudas que aumentan cuatro veces la posibilidad de contraer esa enfermedad.
“El cáncer de piel aparece en la vida adulta. Antes se reflejaba a partir de los 70 u 80 años y ahora hay casos a los 30 y 40. Esto es así porque el impacto de la radiación es cada vez mayor a raíz del agujero de la Capa de Ozono y por los hábitos actuales de mayor exposición al aire libre. El sol no es el mismo que el de antes, es más fuerte”, remarcaron.
Acerca de la ropa adecuada para protegerse del sol, se hizo hincapié en que “el color oscuro absorbe la radiación y el claro la repele”, a la vez que se indicó que “las remeras para agua con filtro UV tienen factor 50 de protección que está aclarado en la etiqueta del producto que dura una temporada”.
En otro orden se afirmó que no todas las sombrillas ofrecen buena protección, porque cuanto más delgada sea la tela y sus fibras se encuentren más separadas, mayor será la cantidad de rayos que la atraviesen.
También se advirtió que aquellas personas que tengan pieles oscuras deben cumplir los mismos cuidados que las de pieles claras, así como en días nublados tienen que mantenerse los mismos cuidados físicos y las medidas de fotoprotección.
La exposición indirecta causa los mismos efectos nocivos, ya que los rayos UV se reflejan en distintas superficies como la nieve reflectan aproximadamente un 85% de la luz que les llega, mientras que el agua o la arena lo hacen en un 20%.
En cuanto a los vidrios de las ventanas, filtran las radiaciones UVB pero no las UVA, que son las que tienen mayor longitud de onda y por eso penetran más las superficies.
Cuidado con las quemaduras
Por último, se indicó que el riesgo de quemaduras solares aumenta con la altura, por tal razón deben cumplirse las mismas medidas en la montaña aumentando la frecuencia de colocación del fotoprotector.
Respecto de la oxibenzona, un componente químico con alcances supuestamente nocivos que solían traer los protectores solares, los entendidos en el tema indicaron que ya no se utiliza y fue reemplazada por otros elementos, en algunos casos 100% minerales.
Las quemaduras leves se presentan luego de unas horas de la exposición solar y se caracterizan por el enrojecimiento, aumento de temperatura y picazón en esa zona de la piel. En tal sentido se aconseja refrescar la piel mojando la zona con agua fría o con una compresa húmeda y más tarde colocar una loción hidratante para que la piel se empiece a recuperar. Asimismo, mientras persista la quemadura, se debe evitar completamente la exposición al sol.
Si la quemadura ocupara gran parte de la superficie cutánea o si el niño presenta náuseas, vómitos, fiebre o mareos, “se debe consultar lo antes posible al pediatra o a la guardia médica”.
En cuanto al daño que produce la radiación UV en la piel, se explicó que es “acumulativo e irreversible” y que por eso resulta fundamental la fotoprotección en niños y adolescentes.
En tal sentido, se especificó que una persona de 60 años recibió en los primeros 20 años de su vida un porcentaje importante, que oscila entre el 40 y el 50%, de la dosis acumulativa de radiación UV”.