Karina Fassi y una cuestión de actitud

By Familia Cooperativa Septiembre 22, 2023 684 0
Nació con espina bífida y le dijeron que su vida iba a estar ligada a una silla de ruedas, pero más allá de los obstáculos no se impuso límites y jamás se rindió. Hoy es un ejemplo de resiliencia en el mundo.

 

Oriunda de Cabildo, una localidad situada a unos 50 kilómetros de Bahía Blanca, la vida de Karina Fassi está asociada a una historia de lucha y resiliencia que ha trascendido fronteras. Para ella, nacer con una afección en la médula espinal, llamada espina bífida mielomeningocele, nunca fue un impedimento para ir detrás de sus sueños.
Así se recibió de contadora pública en la Universidad Nacional del Sur y, tras matricu- larse en el Consejo Profesional de Ciencias Económicas, actualmente se dedica a la profesión. Además, practica natación en aguas abiertas, da charlas motivacionales, escribe y estudia inglés, entre otras actividades.
“Cuando hay algo que te gusta, que te apasiona, lo hacés. En principio doy prioridad a todo lo que es la actividad física: ir a entrenar, a nadar, andar en bicicleta. Obviamente es como un remedio diario, lo hago para mejorar mi calidad de vida, y veo la diferencia con otras personas que tienen la misma lesión. Cada vez que voy a control, entro esquivando sillas de ruedas y yo actualmente estoy caminando”, sostiene.
Karina utiliza valvas ortopédicas que le sostienen los pies, los tobillos y parte de la pierna, permitiéndole caminar correctamente. Gracias a ellas, es totalmente independiente y ha podido conocer buena parte del mundo.
“Estuve en Malasia, en Tailandia, por todos lados... Nunca me rendí, y eso que cuando me operaron en Bahía Blanca me dijeron: ‘Bueno Kari, la vida continúa, en silla de ruedas pero continúa’”, destaca.
Si bien no tiene sensibilidad de la rodilla para abajo, siempre sintió el resto de la pierna. Por eso buscó alternativas, hasta que en 2008 la volvieron a operar en la Fundación de Lucha contra Enfermedades Neurológicas de la Infancia (Fleni) y empezó a mejorar, con mucho trabajo de rehabilitación, sobre todo en el agua.
“A los poquitos días dejé de llamarle rehabilitación y empecé a hablar de entrenamiento. Desde entonces entreno todos los días, y me metí en lo que es aguas abiertas… ¡Descubrí un mundo!”, asegura
Karina consiguió un traje de neoprene y empezó a nadar en aguas de la Argentina. Primero en la laguna La Salada (Pedro Luro) y luego en varios lagos de la Patagonia. Posteriormente, comenzó la práctica en ríos y finalmente se animó en el mar.
Su primer desafío fue en Mar del Plata. También pasó por Necochea, Monte Hermoso y así se le fueron abriendo puertas en el mundo. La invitaron, por ejemplo, para inaugurar y cerrar el Mundial de Aguas Abiertas en la isla de Capri, en Italia.
“Era una oportunidad para nadar con los 30 mejores nadadores del mundo, recuerda. Con Argentina obtuvimos cinco veces la Copa del Mundo en aguas abiertas, pero no es un deporte muy difundido acá y no se sabe…”, explica.
Para ella, la natación es pasión y tras su paso por Italia llegó también a México, Estados Unidos, Colombia, Brasil, Turquía y cruzó los 7 kilómetros que separan a Asia de Europa a través del Bósforo. Además, en uno de sus viajes conoció al Papa Francisco, a quien le obsequió su primer libro, El poder de querer.
“Todo esto que se ha gene-rado tan lindo no solo mejoró mi calidad de vida, física y anímicamente. Me siento feliz, y decidí escribir para contar mi historia y servir de herramienta o de ejemplo para mejorar la calidad de vida a otras personas. Más allá de los obstáculos que nos toquen pasar, depende mucho de la actitud de cada uno que la vida sea linda”, reconoce.
-En tu caso, ¿qué hizo que no te quedaras con el primer diagnóstico médico y buscaras otra respuesta? ¿Qué te impulsó?
-Veía que mi calidad de vida iba empeorando porque me hacía una lastimadura y no cicatrizaba, o me hacía una fractura y pasaban meses…, y la respuesta que me daban acá no me terminaba de cerrar. Me decían que haga reposo y yo notaba que me atrofiaba cada vez más…

Un conjunto de decisiones

Cuenta que cuando la operaron en la clínica Fleni, trabajaron la parte ósea y le colocaron implantes para fortalecer sus tobillos. Toda una labor de ingeniería para que pudiera apoyar bien los pies y caminar.
“Acceder al Fleni es muy costoso y a las valvas también. Sé de muchos chicos que tienen el mismo problema y están en silla de ruedas por cuestiones económicas”, acota.
-¿En tu caso cómo accediste?
-En uno de mis viajes fui a Alemania, donde está la mejor ortopedia del mundo y hablé para ver si me podían hacer unas valvas para caminar mejor. Actualmente estoy usando las que me realizaron en Buenos Aires. Me encanta sentir que puedo ir a donde quiero, que armó la mochila, pongo el pasa-porte y me voy.
-¿Y cómo llegaste al Fleni?
-Cuando me operaron tenía más de 30 años. Siempre digo que la vida es un conjunto de decisiones, y creo que la mejor decisión que pude haber tomado en mi vida fue ir a la universidad y recibirme de contadora pública. Gracias a eso pude acceder a un trabajo digno, contar con una buena obra social y conseguir que cubrieran la operación.
Durante todo este proceso, la familia fue fundamental. Su mamá Ana Grondona, a quien define con “la fuerza de un tractor”; su hermano mayor Héctor José, que en sus años en la UNS la ayudó a cruzar la avenida Alem y a subir a los colectivos; y su hermano menor Walter Fabián, que es farmacéutico y la asesora mucho. Entre los dos, le dieron cinco sobrinos.
“Son los hijos que no tengo. Mi familia es muy linda. La mayoría de mis sobrinos son adolescentes, y me ayudaron a armar la presentación que muestro en mis charlas motivacionales. Fueron los primeros en leer mis libros y en escuchar las charlas”, añade.


Trabajar también le permitió vivir sola y financiar sus viajes, ya que no cuenta con sponsors ni apoyo económico de ninguna institución ni empresa. Por eso, en sus charlas motiva a los jóvenes a estudiar y luchar por un futuro mejor. Su vida es sinónimo de resiliencia y esa es la huella que intenta dejar.


“Siento la necesidad de transmitir todo este crecimiento personal, por eso escribí los libros”, señala.
Tiene 2 publicaciones: a El poder de querer se suma Abrazar la vida, que también habla de no rendirse y de luchar por los sueños. Ambos están en español y en inglés en la plataforma Amazon y también se pueden adquirir en sus charlas motivacionales y por Mercado Libre.
A Karina muchas veces le han dicho que es una mujer con suerte por todo lo que ha conseguido. Pero para ella, a la suerte hay que generarla.
“Todo depende de uno. Hay cosas que no se eligen, así que nacer con esta lesión me impulsó a seguir adelante. ¿Qué voy a hacer? ¿Me voy a quedar llorando por lo que pasó? No, tengo que buscarle la vuelta para que mi vida sea lo más linda posible”, subraya.
Mientras tanto la motiva el hacer y cuenta que sigue recibiendo invitaciones para nadar en diferentes lugares del mundo, porque los desafíos no se agotan.
“No descarto la posibilidad de seguir escribiendo libros y dando charlas motivacionales. Sería bueno contar con más apoyo para este hermoso proyecto”, concluye.

Redes sociales para poder contactarla: Instagram: @Karifassi. Facebook: Kari Fassi

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Modificado por última vez en Viernes, 22 Septiembre 2023 09:59

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