La faringitis es una inflamación de la faringe que puede ser de origen alérgico o irritativo (causada por una excesiva sequedad del ambiente debido a la exposición al aire acondicionado, la calefacción y el humo del tabaco) o bien de origen infeccioso.
En este último caso, la faringitis puede clasificarse en dos tipos diferentes: vírica (la más numerosa) o bacteriana (que suele atacar a las amígdalas localizadas en la misma garganta). Cada tipo requiere de su propio tratamiento.
En los últimos días, el Ministerio de Salud de la Nación alertó acerca del aumento de casos confirmados en todo el país de infecciones invasivas por Streptococcus pyogenes, una bacteria que es la causa más frecuente de faringitis aguda y algunas infecciones cutáneas
El Streptococcus pyogenes, también conocido como Streptococcus del grupo A, comúnmente causa enfermedades leves como amigdalitis, faringitis, impétigo, celulitis y escarlatina. Sin embargo, en raras ocasiones, la infección puede conducir a la enfermedad invasiva que puede provocar condiciones potencialmente mortales, siendo responsable de más de 500.000 fallecimientos anuales en todo el mundo.
La transmisión ocurre por contacto cercano con una persona infectada y puede transmitirse a través de la tos, los estornudos o el contacto con una herida.
La faringitis se diagnostica mediante cultivos bacterianos y se trata con antibióticos. El período de incubación para la enfermedad varía de 1 a 3 días, de acuerdo con la presentación clínica.
Las faringitis causadas por infecciones de origen bacteriano son más comunes en los meses de invierno y el germen culpable más habitual anida en las masas de tejido situadas en la parte posterior de la garganta y, a diferencia de las víricas, no se acompañan de síntomas nasales ni de lagrimeo en los ojos, sino que se caracterizan por una exudación blanquecina en las amígdalas, así como una inflamación de los ganglios del cuello (adenopatías).
Otros síntomas de la faringitis son dolor de garganta, fiebre, cefaleas, dolor abdominal, náuseas y vómitos, enrojecimiento de faringe y amígdalas y mal aliento.