Adquirir buenos hábitos posturales resulta fundamental a la hora de respetar la salud de la espalda cuando de trabajar o entrenar se trate.
Los inconvenientes surgen cuando ejecutamos ejercicios que pueden afectarla y si a esto se le suma la falta de cuidado y de fortalecimiento de la zona, el efecto puede traducirse en dolores y molestias en esta parte del cuerpo.
Para evitar los dolores de espalda es necesario tener en cuenta lo importante que resulta fortalecer los músculos que la componen, no solamente realizando una ejercitación física sino además manteniendo en forma la zona para minimizar los riesgos.
En cuanto a los hábitos posturales, al levantar y transportar cargas hay que evitar la flexión del tronco, manteniendo la espalda siempre recta. Por otra parte, resulta conveniente colocar la carga lo más cerca posible del cuerpo y mantener los pies separados.
Al elevar los objetos debemos utilizar las rodillas, la cadera y las extremidades, evitando transportar objetos pesados con una mano y si la carga resulta muy pesada, no hay más remedio que pedir ayuda.
A la hora de sentarse de manera correcta, las recomendaciones se centran en apoyar por completo los pies en alguna superficie firme, manteniendo las rodillas en el mismo nivel o por encima de las caderas.
Debemos trabajar siempre con la espalda recta, evitando encorvarse y echarse hacia atrás o hacia adelante, mientras que el apoyo lumbar tiene que estar a la altura correcta y ajustado con firmeza al cuerpo.
Asimismo hay que tener presente que es importante realizar una actividad física frecuente para mantener el estado físico y si se practica algún deporte, también debe cuidarse la postura para evitar el dolor de espalda.
Ninguna postura fija es la ideal, por lo que es recomendable realizar cambios posturales y pausas con cierta frecuencia.
Ejercitación física
Siendo conscientes de que prácticamente el 80% de la población va a padecer dolores de espalda y lumbares en algún momento de su vida más activa (entre los 30 y los 55 años), producto del sedentarismo y de las malas actitudes corporales como el sobreesfuerzo o acciones en el ámbito laboral poco controladas, llevar a cabo alguna actividad física se presenta casi como una obligación.
En tal sentido, resulta esencial incluir el fortalecimiento de las piernas y de la musculatura abdominal en todas las rutinas de entrenamiento. No hay que olvidar que son dos estabilizadores muy potentes que pueden aguantar más carga y tensión que la espalda.
Por otra parte, si se arquea la espalda hacia adelante y se realiza una forma de curva hacia afuera, estamos sometiendo a los discos intervertebrales a una tensión que puede llegar a ser hasta diez veces superior a la carga levantada.
Por ello es necesario llevar a cabo movimientos controlados, respetando siempre la postura. Además, a la hora de eliminar tensiones, es conveniente estirar siempre antes y después de trabajar la espalda.