Familia Cooperativa, 50 años junto a los asociados

Tiempo de festejo para la tradicional entrega mensual de La Coope, cuya publicación contribuye a visibilizar distintos aspectos de la intensa labor que la Cooperativa Obrera desarrolla con el propósito de satisfacer necesidades económicas, sociales y culturales de la población.


A poco de comenzar a desandar el arduo camino emprendido tras la fundación, los hacedores de la Cooperativa Obrera hicieron hincapié en la necesidad de contar con un medio escrito capaz de difundir doctrina y, a la vez, acercar a los asociados información sobre la entidad.
Fue así que luego de una propuesta efectuada por su presidente de entonces, Francisco Cabeza, el Consejo de Administración aprobó publicar “La Cooperación”, una revista cuyo primer número apareció en marzo de 1923, con una tirada mensual de mil ejemplares y distribución gratuita.
Posteriores dificultades económicas motivaron que la edición pasara ser solo al final de cada ejercicio semestral, hasta que en 1934 se resolviera imprimirla anualmente, previo paso a que dejara de aparecer en 1938.
Más allá de esto, la comunicación con los asociados se mantuvo latente a través de la edición mensual de las listas de precios que habían aparecido con la apretura del almacén y que, a partir de 1937, complementadas con noticias institucionales tomaron el nombre de “Boletín y Catálogo de la Cooperativa Obrera Limitada”.
Con la aparición del número 125, editado en noviembre de 1942, la publicación pasó a denominarse  “Revista de la Cooperativa Obrera Limitada”, hasta que la regularidad de su aparición mensual fue interrumpida por nuevos remezones económicos, que motivaron que desde 1954 solamente comenzaran a editarse números extraordinarios.
La revista tomaría nuevo impulso a partir de 1962, cuando el contador Rubén Alfredo Masón asumió su dirección, mejorando la presentación gráfica y el material de lectura, que incluía información institucional y difusión doctrinaria.
La apertura del primer supermercado en 1965 y el inicio de una etapa de grandes realizaciones quitó tiempo para la redacción de la revista, cuya publicación se fue espaciando hasta que, en 1974, se asumió el compromiso de conformar una herramienta válida para difundir los principios cooperativos e informar sobre el quehacer institucional.
De tal manera, en junio del citado año nació “Familia Cooperativa”, publicación mensual destinada al personal de la Cooperativa Obrera, editada por el Instituto Regional de Capacitación y Educación Cooperativa (IRCECOOP), dependiente de la Asiociación Intercooperativa Regional (AIR), que fue paulatinamente mejorando su presentación, distribuyéndose ininterrum- pidamente hasta setiembre de 1977.

Una nueva etapa

La edición del número 41 de “Familia Cooperativa”, correspondiente al bimestre marzo-abril de 1979, forjó el comienzo de una remozada publicación, que fue dejando atrás su armado casi artesanal para pasar a una diagramación más ágil y moderna, con mayor cantidad de páginas y un contenido ampliado a partir de la incorporación de artículos de interés general, redactados por especialistas bahienses.
La revista también incrementó su tirada a 4.000 ejemplares y las tapas comenzaron a ser impresas a todo color, con una distribución gratuita de la publicación, en la mayoría de los casos por correo, que por entonces abarcaba a entidades comunitarias de la zona, organizaciones cooperativistas nacionales y extranjeras, empleados, delegados y asociados de la Cooperativa.
El crecimiento de la revista se evidenció aún más cuando llegó también al alcance de todos los consumidores en los distintos supermercados de La Coope y fue amplian- do su tirada en la misma medida que iba incrementándose la cantidad de sucursales.
Desde julio de 1997 la ya tradicional publicación de La Coope comenzó a salir de manera mensual, tal como se mantiene en la actualidad, y desde del 2014 se alcanzó un tiraje de 80.000 ejemplares que llegan puntualmente el primer día de cada mes a cada uno de los 147 establecimientos de aprovisionamiento masivo que cuenta la Cooperativa Obrera en siete provincias argentinas (Buenos Aires, La Pampa, Río Negro y Neuquén, Chubut, Santa Fe y Córdoba).
Asimismo esta revista, dirigida desde comienzos de 2018 por Héctor Jacquet luego del retiro de Rubén Masón tras 44 años de labor, puede leerse a través del sitio web https://familia.cooperativaobrera.coop/.
A la hora de festejar su 50 aniversario y como fuente confiable de divulgación de las informaciones institucionales, “Familia Cooperativa” sigue respondiendo fielmente a su condición basal de verdadero instrumento de participación democrática, facilitando a sus lectores las distintas actividades que se llevan a cabo en el seno de esta empresa de todos que es la Cooperativa Obrera.

Rubén Masón, el gran hacedor

Baluarte indiscutible de la Cooperativa Obrera y artífice central de sus logros, de su crecimiento, de su modernidad, de su estilo y, especialmente, de su identidad, Rubén Alfredo Masón es además el mentor de “Familia Cooperativa”, la revista que fundó en junio de 1974.
Graduado como contador en la Universidad Nacional del Sur y especialista en el campo de la tributación cooperativa, Rubén Alfredo Masón es seguramente una de las mentes más lúcidas del movimiento cooperativo argentino.
Para graficar tamaña aseveración, nada mejor que la opinión de Rodolfo Daniel Zoppi, quien durante casi cuatro décadas estuviera a cargo de la gerencia general de La Coope, que en oportunidad afirmara que “Masón ha sobresalido, aún entre los más capaces”.
Partícipe del movimiento cooperativo desde 1962 como docente, dirigente y profesional, el actual consultor institucional de la Cooperativa Obrera también se desempeñó como auditor y asesor de la entidad.
En otro orden, escribió textos como Tributación cooperativa: la Ley Bonaerense 13360, su raigambre constitucional y los intentos de derogación; Fundamentos de la tributación cooperativa y Las cooperativas argentinas y el impuesto sobre la renta, habiendo participado además en la redacción de varias obras bibliográficas.
Por otra parte, a lo largo de toda su vida abrazó con pasión la vocación de periodista, fundando en 1974 esta revista y siendo su director por espacio de 44 años. Por tal motivo, en el mes en que “Familia Cooperativa” festeja sus Bodas de Oro, el testimonio de Rubén Alfredo Masón resulta a todas luces imprescindible.

-Antes que apareciese el primer número de “Familia Cooperativa”, usted estuvo a cargo de otro órgano de prensa de la entidad.
-Es cierto. Apenas me recibí de contador público, a fines de 1961 uno de mis profesores –don Américo Malla–  me ofreció hacerme cargo de la recién creada auditoría externa de la Cooperativa, una función que recién se había creado estatutariamente y que comencé a desempeñar ni bien obtuve la baja del servicio militar obligatorio. Pero como en mi época de estudiante universitario también ejercía el periodismo, muy pronto traté de reanudar la denominada “Revista de la Cooperativa Obrera”, que volvimos a editar hasta fines de 1965, cuando el explosivo desarrollo de la entidad generado por la etapa de transformación de sus almacenes tradicionales en flamantes y exitosos supermercados, me dejó sin tiempo para continuar editando esa publicación.   

-¿Cómo nació la idea de la actual revista?
-En 1974 la Cooperativa Obrera, que en ese año apenas contaba con 10 sucursales, 20.000 asociados y unos 180 empleados, decidió encarar un Plan de Desarrollo, cuyo primer objetivo consistía en ampliar y modernizar su red de supermercados. Con el contador Rodolfo Zoppi, por entonces subgerente general y jefe de personal, entendimos que para el éxito de dicha iniciativa resultaba primordial contar con un fuerte compromiso de los empleados y que era esencial establecer un vínculo comunicacional con ellos. Fue así que se nos ocurrió editar un house organ, o sea, un medio de comunicación de carácter interno que, además de incentivar el sentido de pertenencia con la entidad. transmitiese información, doctrina y le- gislación. La redactábamos de una manera ágil y amena para que interesara también a la familia de los empleados, generando un espíritu general de camaradería.

El origen del nombre

-¿Cómo se eligió el nombre y cuántos ejemplares comprendía la tirada inicialmente?
-Con el propósito de fomentar la participación del personal, lanzamos un concurso para que los propios empleados fuesen quienes eligieran el nombre de la publicación. El ganador de ese certamen resultó Manuel Antonio Lino, del sector recepción de envases en el tradicional supermercado bahiense de calle Belgrano, quien propuso el nombre de “La Gran Familia Cooperativa”, que terminamos reduciéndolo a sus dos últimas palabras.

-Tenemos entendido y lo vemos en el archivo, que los primeros números de “Familia Cooperativa” eran confeccionada artesanalmente.
-Es la pura verdad. Los fines de semana, utilizando una máquina de escribir IBM con tipos intercambiables y con ayuda de Letraset para los títulos, armaba en mi domicilio los originales y luego se tercerizaba la impresión por sistema offset.

-¿Cómo se decidió que la revista pensada en principio solo para los empleados, pasara a entregarse también a los asociados?
-En los primeros meses la edición apenas alcanzaba 250 ejemplares y más tarde agregamos otros 150 para llegar también al cuerpo de delegados, es decir, a los asociados que cada año eran elegidos para integrar las asambleas de la Cooperativa. Luego comenzamos a enviarla por correo a los asociados que así lo solicitaban, hasta que llegó el momento que se decidió aumentar la cantidad de ejemplares y ponerlos a disposición de los consumidores en todas las sucursales de la Cooperativa. Actualmente se editan en cada tirada mensual 80.000 ejemplares papel, que es una suma considerable en el conjunto de las revistas argentinas, a lo que debe agregarse que una cantidad aún mayor de lectores la consultan a través de la edición electrónica.

-Al margen de su edición web, en algún momento “Familia Cooperativa” se constituyó en un virtual multimedio...
-Un par de años después de su aparición, la revista se complementó con dos espacios radiales: los flashes cooperativos que se emiten diariamente, todos los días del año, después del boletín general de noticias de cada hora, y un micro radial a media mañana, de lunes a viernes, que ha sido conducido por los periodistas radiales más destacados. Esos espacios se irradian por la emisora más prestigiosa de la ciudad cabecera de la Cooperativa (LU2 Radio Bahía Blanca), pero también han sido retransmitidos por otras emisoras.

-¿Cómo fue el momento de dar vuelta la página y dejar la dirección de la revista?
-En la vida hay etapas que se cumplen. A principios de 2018 y próximo a cumplir 78 años, resolví que era el momento de dar un paso al costado y transferir a la Cooperativa Obrera el equipo periodístico que me acompañaba. De todos modos, he quedado ligado a la revista, ya que su actual director –Héctor Jacquet, gerente general de la Cooperativa– me solicitó que continuara colaborando mediante la redacción de la nota editorial de cada edición mensual, tarea que sigo haciendo con mucho placer.


-¿Qué significó haber estado casi 44 años al frente de la revista?
-Voy a ampliar la respuesta. Para mí, que nací en el seno de una familia fiel consumidora de la Cooperativa Obrera, fue una enorme satisfacción que mi primera actividad profesional se diera a partir del 1º de febrero de 1962 en esa entidad, que allí conociera a mi esposa quien fue cajera del primer supermercado de calle Belgrano y que cuando resolví dejar la auditoría externa, también después de más de cuatro décadas de ejercicio, me solicitaran continuar ligado como consultor institucional, una función que todavía sigo desempeñando con total dedicación pese a mis flamantes 84 años.

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Modificado por última vez en Viernes, 17 Mayo 2024 13:21

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