Inteligencia artificial: qué es y para qué se utiliza

Desde hace un tiempo y en campos tan diversos como la educación, la salud, las finanzas o el transporte, la inteligencia artificial abandonó el espectro de la ciencia ficción para formar parte de nuestras vidas y, aunque todavía en una fase muy inicial, está llamada a protagonizar una revolución equiparable a la que generó Internet.


La inteligencia artificial (IA) es un conjunto de tecnologías que permiten que las computadoras realicen una variedad de funciones avanzadas, incluida la capacidad de ver, comprender y traducir el lenguaje hablado y escrito, analizar datos, hacer recomendaciones e interactuar a partir de la información recopilada.
Actualmente se ha convertido en la columna vertebral de la innovación en la computación moderna, y trata más sobre el proceso, la capacidad de pensamiento y el análisis de datos que sobre cualquier formato o función en particular.
Por tal motivo, pasó a constituirse en un término general para las aplicaciones que realizan tareas complejas que antes requerían aportes humanos, en rubros tan diversos como la comunicación online o jugar al ajedrez.
El principio fundamental de la IA es replicar, y luego superar, la forma en que los humanos perciben y reaccionan ante el mundo, convirtiéndose rápidamente en la piedra angular de la innovación.
Su aplicación es de tal importancia que algunos científicos no dudan en asegurar que se trata de la revolución más importante de la tecnología desde que se inventó la informática.
De todas formas, la capacidad de que las máquinas piensen y razonen por su cuenta también puede representar un peligro real para la humanidad, máxime si se tiene en cuenta que los procesos informáticos controlan desde centrales nucleares hasta el suministro energético o el lanzamiento de misiles armados.

En busca de una definición

No existe una definición aceptada por todos los expertos de lo que significa la inteligencia artificial. Primero, porque es una ciencia bastante nueva, cambiante y experimental. Y segundo, porque ni siquiera se puede definir con exactitud qué es la inteligencia humana.
En su forma más simple, la IA es el intento de imitar la inteligencia humana utilizando un software, pero constituye un concepto muy vago, porque existen muchas ramificaciones. En tal sentido, Stuart Russell y Peter Norvig diferenciaron, en 2009, cuatro tipos.
Estos fueron: sistemas que piensan como humanos, como por ejemplo las redes neuronales artificiales; que actúan como humanos, como los robots; que usan la lógica racional, como los sistemas expertos, y que actúan racionalmente, como los agentes inteligentes.
Aunque es un concepto que se ha puesto de moda en los últimos años, la inteligencia artificial no es algo nuevo, si se tiene en cuenta que hace 2.300 años, Aristóteles ya intentaba convertir en reglas la mecánica del pensamiento humano, y desde los tiempos de Leonardo Da Vinci los sabios han intentado construir máquinas que se comporten como humanos.
Pero fue recién en 1936 cuando se inició el proceso de la inteligencia artificial moderna, inventada básicamente por Alan Turing, el experto matemático que descifró los códigos secretos nazis de la mítica máquina Enigma, adelantando dos años el fin de la Segunda Guerra Mundial, ya que los aliados pudieron descifrar los mensajes secretos de los alemanes.
Turing publicó su concepto de máquina universal, que describía lo que era un algoritmo informático y un ordenador, formalizando en 1950 el comienzo de la IA con su Test de Turing, una prueba que define si una máquina es o no inteligente.
Sintéticamente, el test indica que si un humano y una IA se enfrentan a las preguntas de un interrogador y éste no puede distinguir si las respuestas provienen del humano o de la IA, entonces la IA es inteligente.
En 2014, el Test de Turing fue superado por primera vez por una inteligencia artificial, término que comenzó a ser utilizado en 1956 en una conferencia realizada en Dartmouth (Estados Unidos) que estuvo a cargo de John McCarthy, Newell, Simon y Marvin Minsky.
Pero el verdadero auge práctico de la inteligencia artificial llegó cuando vieron la luz computadoras capaces de experimentarla a un nivel global y cotidiano.
Primero aparecieron los agentes inteligentes, capaces de dar una respuesta analizando los datos según algunas reglas, o los populares chatbots que eran capaces de mantener una conversación como un humano.
Pero el momento en el que la IA entró en el imaginario colectivo y la mayoría de la gente descubrió que era algo real y tangible, y no ciencia ficción, tuvo lugar en 1997, cuando el ordenador Deep Blue de IBM venció en una partida de ajedrez al que por aquel entonces era considerado como el mejor jugador de ajedrez de la historia: el ruso Gary Kaspárov.

Tratar de imitar el pensamiento humano

La inteligencia artificial intenta imitar el pensamiento humano. Cuando nacemos, nuestro cerebro es prácticamente un disco duro vacío y necesita años para asimilar conceptos básicos como no orinarse encima o aprender a caminar, a hablar, a sumar y otras actividades más complejas, en un largo camino en el que los errores estarán presentes.
Una IA funciona exactamente igual. En primer lugar, debe aprender a realizar una tarea y si, por ejemplo, va a utilizarse para identificar fotos de gatos debe procesar miles de imágenes para aprender a distinguirlos.
A continuación recibirá fotos de diferentes animales y tendrá que separar los gatos. Al principio cometerá errores y habrá que decirle las veces que acierta y las que falla. Así la IA irá descubriendo por qué no discierne e irá mejorando sus aciertos.
Finalmente, la IA será capaz de trabajar sola, sin recibir órdenes. Simplemente entregándole los datos de entrada generará un resultado sin que exista una lista de órdenes que le diga los pasos que tiene que realizar.
A partir de sus posibilidades infinitas, el desarrollo actual y el que se espera a futuro de la inteligencia artificial va a ser beneficioso en todos los ámbitos de la vida, desde evacuar consultas en un servicio de atención al cliente a chatear en una red social, conducir un vehículo autónomo, reconocer rostros y quizás decidir si se ofrece un empleo en una entrevista de trabajo u operar a corazón abierto.

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Modificado por última vez en Viernes, 17 Marzo 2023 09:07

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