Lautaro Martínez, el mismo de siempre

En su breve estadía en Bahía Blanca, Lautaro Martínez, una de las figuras argentinas en la reciente conquista de la Copa América de fútbol, tomó contacto con las obras que el club Liniers está realizando con el dinero recibido por su venta al exterior, al tiempo que se brindó de manera desinteresada para retribuir el cariño que le dispensó la gente.


Ni ser un goleador temible, y por ende uno de los futbolistas mejor cotizados del mundo, ni ser uno de los puntales en los que la selección nacional sustentó la conquista de la Copa América después de 28 años, ni las hinoptizantes luces de la fama.
Nada hizo cambiar a Lautaro Javier Martínez, quien cada vez que puede regresa a sus raíces, esta vez acompañado por la mendocina Agustina Gandolfo, su compañera de vida, y la pequeña Nina, la hermosa beba que en plena pandemia llegó para iluminar aún más sus días.
Por eso no extrañó que después del rutilante éxito argentino se tomara unos días de descanso para pasar por su Bahía Blanca natal, donde firmó cientos de autógrafos, se tomó fotografías con todo aquel que se las solicitara, visitó el área de pediatría del Hospital Municipal (donde en otras oportunidades entregó donaciones de insumos) regalando camisetas y conversando con los niños internados, y hasta entrenó con el plantel superior de Liniers, el club donde se formó.
“Volver a los orígenes siempre implica una alegría, porque es reencontrarme con los seres queridos y los amigos de siempre. Además, cada vez que vuelvo a Bahía me gusta entrenar con los chicos del club, porque alguna vez yo estuve en el lugar que ellos ocupan y sé lo que se siente”, destacó el actual delantero del Inter de Italia.
Lautaro no ahorró elogios a la hora de hablar de la entidad albinegra. Principalmente por haberle brindado un enorme sentido de pertenencia.
“Siento orgullo por el crecimiento del club en materia de infraestructura y quiero que sea modelo en Bahía Blanca y el sur argentino. Liniers me brindó valores y me dio la oportunidad de crecer como persona y como jugador”, subrayó.

-En el homenaje que te tributaron en el estadio del club Liniers fue increíble el magnetismo que despertó tu presencia entre los más chicos. ¿Qué les dirías a todos aquellos que comienzan a jugar al fútbol?
-Que disfruten de este hermoso deporte, que se diviertan, que hagan amigos, que no se presionen y que tengan sueños como los que yo tenía de chico. También que aprovechen las oportunidades que se presentan y que si bien las cosas pueden salir mal en algún momento, todos los días sale el sol.

-Si bien tenés 24 años recién cumplidos y mucho camino por recorrer, ¿pensás volver a ponerte la camiseta albinegra algún día?
-Sería un sueño retornar algún día a Bahía a cerrar mi ciclo deportivo, pero para eso tengo que convencer primero a mi mujer... Y ojalá también pueda volver a Racing. Son cosas que no se pueden prometer, pero me gustaría cumplirlas.

-¿Qué representó volver a ganar la Copa América después de tantos años?
-Cumplir un sueño para todos los argentinos y para mí, principalmente. Ganamos un torneo que debió haberse realizado en la Argentina, pero hacerlo en el Maracaná y frente a Brasil tiene un valor agregado.
“Alcanzar un título para el país después de 28 años representa una sensación única, porque contuvo condimentos que nos hicieron más fuertes para alcanzar el objetivo buscado”.

-¿Cómo considerás que fue tu rendimiento a lo largo del certamen?
-De menor a mayor. El fútbol sudamericano es muy duro y hay que adaptarse lo más rápido posible a todas las vicisitudes que se presentan. El gol a Colombia fue uno de los más importantes de mi carrera junto con el cuarto penal que me tocó patear en la definición de ese mismo partido. Ahora hay que ir por más y fijar otras metas por cumplir.

-¿Qué implica ser una pieza clave de la selección Argentina?
-Hacer el mejor trabajo posible en tu club para ganarte una camiseta con tanto peso. De todas maneras, salvo un jugador que todos sabemos quien es, los demás tenemos que luchar y dar lo mejor día a día para ocupar un puesto en el equipo.

-Sin mencionarlo, estás haciendo obvia alusión a Lionel Messi. ¿Cómo es en la intimidad?
-Está siempre predispuesto, se entrena al máximo y es un ejemplo para todos. Genera cosas que otros no generan, por lo que en lo personal trato de disfrutarlo y aprender de él. Es nuestro, es el mejor jugador del mundo y más que nadie merecía ser campeón de América. Fue un honor haber compartido el plantel con Leo.

-¿Te acordás del primer día que te tocó entrenar con él?
-Nunca me voy a olvidar cómo me recibió ese día. Por entonces tenía 20 años y en ese momento pude comprobar que si uno se lo propone, los sueños se pueden cumplir.

-El título también representó un gran espaldarazo para Lionel Scaloni como entrenador del seleccionado. ¿Qué aspectos considerás que pueden resaltarse de su gestión?
-Es un técnico que desde el primer momento dejó las cosas bien en claro. Formó un grupo unido y ganador, con varios jóvenes que estamos dando los primeros pasos en la selección argentina. Nos dio oportunidades y es importante que su proceso continúe adelante.
“Por otra parte, en el día a día está muy cerca del jugador y se maneja de frente y con la verdad. Se ganó el respeto de todos y tiene un porcentaje alto en el título que conseguimos”.

Valores de familia

-¿Qué representan en tu vida tus padres?
-Tanto mi viejo Mario (enfermero de profesión y futbolista durante 21 años en distintos equipos de la Liga del Sur) como mi mamá Carina (ama de casa) han sido ejemplos de superación, de trabajo, de respeto, de humildad. Junto a mis hermanos (Alan, futbolista y Jano, basquetbolista) nos criamos en un hogar donde los valores están siempre presentes.


“De ellos también aprendí a fijarme metas a corto plazo, paso a paso, tratando de superarme y dando el ciento por ciento, porque es la única manera que una persona puede crecer en la vida”.


-También ellos representaron un auténtico sostén cuando las cosas no salieron según lo deseado…
-Ni hablar, especialmente después de volverme con el bolso a casa después de alguna prueba fallida en Buenos Aires. Por entonces no quería irme, pero después de analizarlo en familia, mis padres me ayudaron a dar ese paso adelante que tanto costaba dar.

-¿Cómo fue debutar en la Primera de Liniers con solo 15 años y encima marcando un gol?
-Inolvidable. Fue la tarde del jueves 16 de marzo de 2013. Cuando entré perdíamos 2-0, pero a los dos minutos marqué el descuento y después empatamos. En estos días me junté a comer con los compañeros de mi categoría, que son mis amigos y disfruto estar con ellos cada vez que vengo, y me contaron que aquella vez le pidieron no entrenar al profe para venirme a ver.

-Desde el punto de vista deportivo, ¿en qué sentís que mejoraste desde que estás en Europa?
-Principalmente en el aspecto físico, entrenando duro y con la colaboración de nutricionistas. Además, mejoré el comportamiento, algo que siempre me costó, pero ser padre me ayudó a madurar fuera de lo que es el fútbol y a tranquilizarme dentro del campo.
“Por mí carácter y mi forma de ser sumé un montón de tarjetas amarillas, aunque las charlas con el psicólogo contribuyeron en el último tiempo a mejorar la conducta y ver menos amonestaciones”.

-¿Cómo definirías el momento por el que estás pasando?
-Siento orgullo de todo lo que estoy viviendo. Soy muy feliz y disfruto del momento, porque realmente son sensaciones únicas que se multiplican a medida que van pasando los días.

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Modificado por última vez en Miércoles, 25 Agosto 2021 16:18

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