De un tiempo a esta parte, diversos estudios e investigaciones desarrollados a nivel mundial acerca de la alimentación, el sobrepeso y la obesidad coinciden en que los regímenes para adelgazar (especialmente si son muy restrictivos) si bien logran hacer perder peso al principio, también generan un efecto de rebote no bien se los abandona.
Asimismo, estos estudios reflejan que entre el 90 y el 95% de las personas que siguen este tipo de dietas suelen recuperar muchos más kilos que los que bajaron, poco tiempo después de finalizarlas. La razón se centra en que al terminar la dieta generalmente se vuelve a los hábitos antiguos, pero con mayor ansiedad.
De tal manera, el proceso de “dieta-restricción-descenso de peso-meseta-ansiedaddes- control-nuevo aumento de peso” se agrava y se vuelve peor que al inicio, convirtiéndose en un círculo vicioso del que resulta muy difícil salir.
Por tal motivo, más que el mero hecho en sí de adelgazar, lo aconsejable entonces es seguir un plan focalizado en transformar y mejorar los hábitos alimentarios. Porque lo realmente importante es “cambiar el chip” y mantener un peso saludable de forma sostenida y perdurable en el tiempo.
De todas maneras, lograr una alimentación balanceada y equilibrada no es algo que se pueda generar de un día para el otro, ya que es factible de conseguir si se van estableciendo pequeños objetivos.
En tal sentido, los especialistas en el tema resaltan la necesidad de poner énfasis en asimilar e incorporar hábitos de alimentación saludables y completos, que aporten al organismo todos los nutrientes que necesita pero que, además, resulten bajos en calorías.
Ante todo, conducta
Un detalle no menor a considerar y a tener muy en cuenta es que se engorda cuando se consumen más calorías de las que se gastan. Partiendo de esta premisa el foco debería ponerse en el qué, cómo y cuánto, es decir, en consumir alimentos saludables, hacerlo de manera organizada e inteligente y, sobre todo, en la cantidad justa y necesaria.
Para lograrlo, la mayoría de las veces se requiere ayuda de un especialista que apunte más a la conducta del paciente, detectando errores de consumo, proporcionando diferentes posibilidades para evitar las prácticas que motivan el sobrepeso y brindando nuevas alternativas que le permitan mantenerse en forma.
Según es estima, el porcentaje de peso que se puede bajar y mantener de forma realista en el tiempo asciende sólo al 5 por ciento, una retribución que pareciera ínfima pero que si responde al cambio de hábitos alimentarios y de estilo de vida, seguramente abrirá la puerta para que el peso corporal continúe en descenso.
Lo expuesto no abriga más que notorios beneficios metabólicos y para la salud, en razón de que contribuye a reducir el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares y neurogenerativas, mejora el rendimiento intelectual, aminora el impacto en las articulaciones, disminuye la glucemia y el colesterol y aumenta la autoestima.