¿En qué consiste el apego evitativo?

Durante la infancia desarrollamos diferentes pilares afectivos que influyen de manera determinante (ya sea positiva o negativamente) sobre nuestra conducta, personalidad y relaciones a lo largo de toda nuestra vida.


Entendidos en materia de psicología sostienen que las conexiones tempranas que establecemos con nuestros cuidadores en la infancia sientan las bases para construir relaciones en el futuro.
Frente a este planteamiento, el comportamiento de nuestros cuidadores constituye el primer ejemplo de interacciones sociales que se nos presenta. Por tal razón, nos brinda información acerca de cómo funcionan las relaciones.
Cuando los padres están emocionalmente disponibles y responden a las necesidades del bebé, es probable que éste desarrolle un apego seguro. En tanto, cuando los progenitores evidencian un comportamiento contrario al enunciado, causan a sus hijos una angustia considerable.
En este último caso, conocido como apego evitativo, los niños se adaptan a este entorno de rechazo mediante la construcción de estrategias de afección defensivas en un intento por sentirse seguros, modular o atenuar estados emocionales intensos y aliviar la frustración y el dolor.
En una relación de apego evitativo la persona cuidadora quizás se ocupe de las necesidades físicas básicas de alimentación, higiene y otros cuidados del niño/a, pero evita la relación en el plano emocional, ya que no sabe cómo gestionarla, creándole inseguridad o ansiedad.
Por lo general, las personas con apego evitativo no buscan apoyo, ni toleran la intimidad emocional, y es posible que no puedan construir relaciones profundas y duraderas.
El padre/madre o cuidador de un niño/a que tiene un apego por evitación puede carecer de empatía y de conocimientos sobre cómo apoyar a su hijo, enojarse o separarse físicamente de un niño/a cuando muestra signos de miedo o angustia, sentirse abrumado por las responsa- bilidades de la paternidad/maternidad, no haber desarrollado un sentido de compromiso, tener un estilo de apego evitativo ellos mismos (que fue transmitido por sus cuidadores y que ahora, sin querer, transmiten a sus hijos/as) o negarse habitualmente a reconocer los llantos de su hijo/a u otras muestras de angustia o miedo.



Los niños con apego evitativo también pueden desconectarse de sus propias necesidades y sentimientos, pudiendo aprender a calmarse a sí mismos y sentir que solo pueden confiar en ellos. Como resultado, tienen poca motivación o confianza para buscar ayuda o apoyo de otros.

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Modificado por última vez en Martes, 22 Agosto 2023 15:50

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