Con el fallecimiento de contador Juan José Carrizo, acontecido el pasado 2 de octubre, a los 84 años, el cooperativismo argentino pierde a una figura de notable realce y, en particular, la Cooperativa Obrera siente la desaparición física de un dirigente que contribuyó al engrandecimiento de la entidad, respetando los objetivos e ideales fijados por los fundadores y asumiéndolos como un verdadero compromiso.En una nota publicada en ocasión del año del Centenario de La Coope, en la edición 412 de Familia Cooperativa, revista a la que estuvo ligado como director ejecutivo entre 1987 y 1999, el contador Carrizo reconoció que su vinculación con la Cooperativa Obrera se dio desde niño, “cuando me enviaban a hacer mandados a la sucursal 5 de la calle Belgrano”.En ese mismo artículo, resaltó que “ya en la adolescencia, en la Escuela Superior de Comercio creamos en 1956 un Centro de Estudiantes y una Cooperativa de alumnos, que atendíamos en sus tres turnos. Allí fui preceptor y profesor de Contabilidad, mientras ejercía la profesión de contador en vinculación exclusiva con cooperativas y alguna mutual”.Posteriormente, al ingresar en la Asociación Intercoope- rativa Regional (AIR), por entonces con sede en oficinas de la Cooperativa Obrera de calle Belgrano, Carrizo asumió en forma paralela tareas de docencia y periodismo solicitadas por La Coope.Así, en carácter de asesor, en 1973 comenzó a brindar cursos de formación y capacitación cooperativa a los empleados de la Cooperativa Obrera, cuya organización había sido encomendada al Instituto Regional de Capacitación y Educación Cooperativas (Ircecoop), creado en el seno de la AIR.Docente por naturaleza, el Cr. Juan Carrizo fue además presidente de la Asociación Intercooperativa Regional (AIR), consejero de la Federa- ción Argentina de Cooperativas de Consumo (FACC) y de la Confederación Cooperativa de la República Argentina (Cooperar), y miembro del Consejo Asesor Cooperativo de la Dirección de Acción Cooperativa de la Provincia de Buenos Aires.Su gran trayectoria también incluye un paso por la Universidad Nacional del Sur, a la que ingresó a través de un concurso público y en la que actuó en el Gabinete Cooperativo, llegando a ser consejero y secretario académico del Departamento de Ciencias de la Administración.En esa casa de altos estudios motorizó innumerable cantidad de cursos de formación y capacitación así como diversas publicaciones académicas, formando parte de la cátedra Cooperativas, Mutuales y otras Entidades de la Economía Social para la carrera de Contador Público.Su texto La paz es un valor cooperativo, editado en diciem- bre de 2013 por el Gabinete Universitario de Investigación, Docencia y Extensión sobre Cooperativas y otras Entidades de la Economía Social (Gidecoop) de la UNS, no sólo ilumina aún el pensamiento de los estudios del sector, sino que forma parte de la “Declaración de Paz Positiva a través de las cooperativas” de la Alianza Cooperativa Internacional (ACI).Carrizo se sumó formalmente a las filas de la Cooperativa Obrera el 1 de enero de 1999, llegando a ejercer como gerente de Cultura y Acción Cooperativa hasta el 1 de junio de 2007, cuando se acogió a la jubilación, pasando a desempeñarse como asesor de la entidad.Precisamente a la hora de referirse a la Cooperativa Obrera, el Cr. Carrizo reconocía que “expresa en forma práctica el concepto de solida- ridad para hacer, en respuesta a necesidades económicas, sociales y culturales cuya atención, desde 1920, se ha ajustado a una conducta doctrinaria que la convierte en un ejemplo nacional e internacional”.“Sus sucesivos dirigentes, empleados y asociados en gene-ral han dado continuidad a los conceptos de esfuerzo propio y ayuda mutua, con capacidad de innovación y atenta percepción de la cambiante realidad argentina y mundial, promo- viendo la integración como un principio central, practicando la democracia y la autonomía e independencia respecto de gobiernos e intereses ajenos a un auténtico espíritu de servicio, con preocupación por las comunidades en las que actúa solidariamente. Es nada menos que una democracia económica en acción”, subrayaba.Acerca de cómo visualizaba a La Coope en próximos años, Carrizo no dudaba en señalar que “la lógica cooperativa es la de una expansión constante en la medida que sus servicios sean necesarios, se presten con la corrección con que se han brindado hasta ahora y crezca en la conciencia de la sociedad en la que se desenvuelve”.“La Cooperativa Obrera es una entidad que ofrece la posibilidad de participar, de ser equitativos en el retorno de los resultados, de mantener un criterio de inclusión y de no discriminación, y de ser parte de un sistema universalmente aceptado, que llevó a la Unesco a reconocer al cooperativismo como patrimonio inmaterial de la humanidad”, destacaba este auténtico referente que deja un legado enorme.Trabajador incansable, Juan José Carrizo dedicó al movi-miento cooperativo hasta el último día de su vida y, a través de sus fuertes convicciones, marcó a fuego el sentimiento de todos aquellos que tuvieron la fortuna de haber tomado contacto con una persona siempre dispuesta a extender una mano de ayuda sin esperar nada a cambio.