Para recordar el 50° aniversario de su muerte, acontecida el 8 de abril de1973 en Mougins (Francia), durante este año, Málaga, la cuna donde nació Pablo Picasso le rinde homenaje con muestras que recuerdan su trayectoria e invita a visitar los sitios que frecuentaba de chico.
Entre esos lugares se encuentran la escuela, la plaza de toros, la biblioteca y las callecitas y recovecos donde jugó el artista, quien vivió en la ciudad del sur de España hasta los 10 años.
La capital de la Costa del Sol fue la musa inspiradora de su pintura, con obras sobre el flamenco, las palomas o la tauromaquia, temas recurrentes vinculados a los años de su niñez.
La ruta de Picasso, nacido el 25 de octubre de 1881, contempla la sede de la Fundación Picasso-Museo Casa Natal, dedicada a la difusión de su trayectoria, en la que siguen en pie los balcones que dan a la plaza Merced, desde donde el singular artista observaba el revoloteo de las palomas. En el lugar también puede observarse una vitrina con objetos personales de su infancia, que incluye una colección de figuritas de plomo con las que jugó de niño.
El pintor siempre quiso que su obra estuviera alojada en su ciudad natal, sueño que se cumplió hace dos décadas cuando en el Palacio Buenavista se montó el Museo Picasso Málaga. En sus salas se exhiben más de 230 pinturas y desde este mes hasta septiembre el lugar alojará la muestra Picasso: materia y cuerpo, una selección de esculturas que recorre la pluralidad de estilos que utilizó para ampliar las formas del cuerpo humano, a través de distintos materiales.
Otra de las paradas que permiten viajar en el tiempo es la Farmacia Bustamante, ex Mamely, una de las más antiguas de la ciudad y muy frecuentada por la familia, o las aulas del Colegio de San Rafael, que lo vieron aburrirse en clase y garabatear dibujos en el recreo.
El destino cultural y turístico malagueño articula paseos por sitios patrimoniales como el palacio La Alcazaba, construido en el siglo XI en el monte de Gibralfaro, y también las playas como La Malagueta y la del Pedregalejo, donde el pescado frito y las sardinas completan la atracción.