Después de varios encuentros realizados en Bahía Blanca de los que participaron cooperativas y mutuales de consumo o con sección consumo y cooperativas de producción o de trabajo, el 6 de abril de 2016 la Federación Argentina de Cooperativas de Consumo (FACC) concretó una iniciativa ambiciosa que nacía -como muchas realizaciones de las entidades de economía social- de manera modesta.
La idea original fue reunir en una central de compras virtual a las cooperativas que producen bienes con las que los comercializan en sus supermercados y autoservicios, para que se pudiera llegar desde los productores a los consumidores, sin intervención de terceros que resten beneficios a los primeros y encarezcan el precio final a los segundos.
En estos cinco años se avanzó considerablemente en esta etapa, más allá que la FACC reconoció que “aún resta realizar un esfuerzo mayor especialmente para vincular a más cooperativas de producción, porque a la fecha hay numerosas e importantes entidades que no se han incorporado a la central de compras”.“Lejos está la FACC de cuestionar esa decisión y, en todo caso, es nuestra Federación la que deber insistir mostrando la transparencia del sistema puesto en marcha y la posibilidad de llegar directamente a más de dos centenares de bocas de expendio cooperativas, abarcando una parte sustancial del territorio argentino”, destacó la entidad.
La central de compras avanzó también incorporando a su surtido productos de las marcas “Cooperativa”, producidos a fasón por la Cooperativa Obrera, y artículos del hogar de la marca “Coop”, propiedad intelectual de la Cooperativa El Hogar Obrero.Además la central de compras formalizó convenios que le posibilitan a los supermercados y autoservicios de las cooperativas y mutuales adquirir productos de marcas líderes, indispensables para completar el surtido reclamado por los consumidores.En este sentido, en el último año la FACC sumó a sus actividades la importación de productos no comestibles, que pone a disposición de todas la entidades que operan con la central de compras.
“La crisis económica y social que afecta al país y, principalmente a amplios sectores de la población de menores recursos, crea al movimiento cooperativo y mutual que actúa en el sector consumo, un compromiso y una oportunidad. El compromiso de contribuir, en la medida de sus posibilidades, a paliar la difícil situación de millones de ciudadanos que necesitan acceder a mercaderías a precios justos. Y la oportunidad de expandir sus servicios demostrando que a las cooperativas y mutuales no las guía el ánimo de lucro sino el de servir eficientemente a la comunidad con la que se integra”, señaló la FACC.