Por una transformación sostenible

Si para 2050 la población regional aumentara a 680 millones de personas, el consumo de material doméstico urbano podría incrementarse hasta las 25 toneladas per cápita, muy por encima del rango de entre seis y siete toneladas per cápita que se considera sostenible.


Un informe del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, dado a conocer en los primeros días de este año, advirtió que las ciudades de América Latina y el Caribe consumirán entre dos y cuatro veces más recursos en 2050, con la consiguiente degradación severa de los ecosistemas vitales, si no adoptan una planificación integral y aumentan la eficiencia de sus sistemas y la circularidad, de manera tal que permita cerrar el ciclo de la materia para evitar la generación de residuos y el agotamiento de recursos.
Para lograr ese objetivo, el estudio del organismo de la ONU destaca que las ciudades de la región necesitarán impulsar una transformación sostenible que reduzca a la mitad el consumo de recursos tales como combustibles fósiles, minerales y alimentos, al tiempo de combatir la pobreza y la desigualdad.
El análisis del informe traza la ruta hacia una planificación urbana deseable, basándose en un paquete de medidas en ejes como el transporte y la movilidad sostenible; las edificaciones eficientes; los residuos, y el agua y el saneamiento.
Estas actuaciones servirían para reducir el consumo de recursos, los residuos, el daño ambiental y las emisiones de gases de efecto invernadero.

Disminuir el consumo de recursos

Los expertos que trabajaron en la elaboración del informe llamaron a apostar por una “intensificación estratégica” de ámbito regional, que, contrariamente a la expansión horizontal de las ciudades, consista en aumentar la densidad de población, puestos de trabajo y servicios en un conjunto de centros urbanos conectados por un transporte público eficiente y amigable con el medio ambiente.
Igualmente pidieron edificar de una manera más sostenible, impulsar la circularidad, aprovechar los residuos orgánicos y una gestión hídrica que incluya el tratamiento y la reutilización de aguas, así como la restauración de los ecosistemas asociados.


De tal manera, si se logran implementar todas las acciones propuestas en el informe, las ciudades de la región podrían reducir su consumo material anual a entre seis y siete toneladas per cápita para 2050.


Según analiza el estudio, el espacio construido en la región durante 40 años creció un 99%, casi el mismo número que experimentó el incremento de la población urbana en ese período (95%). La incapacidad de la mayoría de las ciudades para absorber ese crecimiento exacerbó la inequidad social y la injusticia ambiental.
Cerrar la brecha de desigualdad conllevará resolver la situación de precariedad a la que se enfrentan las poblaciones más vulnerables, que comprende por ejemplo la lejanía de los servicios urbanos, la infraestructura deficiente, las condiciones de violencia y la contaminación.
Los autores del estudio llaman a tratar estos desafíos mediante “una transformación sostenible” e invitan a “orientar mayores esfuerzos hacia las ciudades intermedias, que crecen de una forma más acelerada que la media”. También recomiendan potenciar la cooperación e implementar alianzas más sólidas a nivel regional.

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Modificado por última vez en Martes, 18 Enero 2022 12:22

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