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El sarampión nos obliga a estar alertas

La brote de la enfermedad en nuestro país representa un riesgo constante en un  contexto global donde la circulación del virus sigue siendo activa en varias regiones. Los casos registrados subrayan la importancia de mantener las coberturas de vacunación y fortalecer la vigilancia epidemiológica.


El virus del sarampión siempre encontrará a niños sin vacunar. Si realmente queremos evitar la propagación de esta peligrosa pero evitable enfermedad, debemos vacunar a todos los niños tanto en los países ricos como en los pobres”.
De tal manera se expresó Henrietta Fore, directora ejecutiva de UNICEF, haciéndose eco de los brotes de sarampión registrados en distintos países, entre ellos la Argentina, que motivaron que el Ministerio de Salud de la Nación impulsara a comienzos del mes pasado una campaña destinada a niños y niñas de 6 meses a 5 años, que residen en municipios de la región metropolitana de Buenos Aires, para que reciban un refuerzo de vacunación para estar protegidos/as.
Aunque el sarampión había sido eliminado de la Argentina en el 2000, la caída en las tasas de vacunación, acentuada en los últimos años, permitió la reaparición del virus.
El sarampión es una enfermedad vírica muy contagiosa que afecta sobre todo a los niños y se transmite por gotículas procedentes de la nariz, boca y faringe de las personas infectadas.
Los síntomas iniciales, que suelen aparecer entre 8 y 12 días después de la infección, consisten en fiebre alta, secreción nasal, conjuntivitis, tos y pequeñas manchas blancas en la cara interna de las mejillas. Varios días después aparece un exantema que comienza en la cara y cuello, y se va extendiendo gradualmente al resto del cuerpo.


La persona infectada puede transmitir el virus desde cuatro días antes de la aparición de la erupción hasta cuatro días después de su aparición.


No hay tratamiento específico para el sarampión, y la mayoría de los pacientes se recuperan en 2 o 3 semanas. Sin embargo, la enfermedad puede causar complicaciones graves, tales como ceguera, encefalitis, diarrea intensa, infecciones del oído y neumonía, sobre todo en niños malnutridos y pacientes inmunodeprimidos.

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Modificado por última vez en Miércoles, 30 Abril 2025 14:40

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