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Toay y un tributo a su hija pródiga

By Familia Cooperativa Septiembre 27, 2025 41 0
La Casa Museo Olga Orozco brinda la oportunidad de transitar la vivienda natal de la reconocida poeta pampeana fallecida en 1999, proponiendo adentrarnos en el espacio simbólico de su literatura. En el lugar se realizan actividades culturales en torno a su obra y cuenta además con una importante colección de libros, revistas, muebles, vestimentas, objetos y un archivo personal de la escritora.

 

Poeta y escritora convertida en una referencia literaria hispanoamericana del siglo XX, con un estilo personal influenciado por el surrealismo y que reflejaba la vida cotidiana de una forma mágica, Olga Orozco constituye una de las hijas más celebres de Toay.
Su nacimiento en esa localidad pampeana, acontecido el 17 de marzo de 1920, la vincula de manera indisoluble a su lugar de origen, convirtiéndola en una figura de orgullo local y un verdadero ícono cultural.
Hija de Carmelo Gugliotta, un inmigrante italiano que se estableció en La Pampa en 1900, y de Cecilia Orozco, Olga vivió los primeros ocho años de su vida en una amplia vivienda ubicada en la esquina de avenida 13 de Caballería Oeste y Balcarce, convertida hoy en Casa Museo.
El fracaso de algunos negocios agropecuarios a los que se dedicó su padre motivó que la familia se trasladara a Bahía Blanca en primera instancia y en 1936 a Buenos Aires donde, tras cursar estudios en la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA, la poeta ejerció el periodismo firmando sus artículos con distintos seudónimos, y su obra literaria con su primer nombre y el apellido de su madre.
Lo más importante de su producción se encuentra en los poemarios, de alguna manera prolongados en el libro de prosas poéticas narrativas La oscuridad es otro sol (1967). Asimismo, su vínculo con el tarot la lleva a escribir poemas como Cartomancia o Para destruir a la enemiga.
Su obra, traducida a varios idiomas, le valió recibir numerosas e importantes distinciones a nivel nacional e internacional, como el Premio Nacional de Teatro a Pieza Inédita (1972) por Y el humo de tu incendio está subiendo; el Gran Premio del Fondo Nacional de las Artes (1980); el Premio Esteban Echeverría (1981); el Premio Gabriela Mistral de la OEA (1988); el Konex de Platino (1994) y el Premio de Literatura Latinoamericana y del Caribe Juan Rulfo (1998).

Un legado cultural

Pese a la distancia física, la vivienda familiar construida en Toay en 1906 frente a las vías del ferrocarril ocupó un entrañable lugar en los recuerdos de la escritora.
Por tal motivo, cuando en 1991 visitó su lugar natal invitada por la Universidad Nacional de La Pampa, Olga Orozco decidió donar su biblioteca personal de más de 4.500 ejemplares a la Municipalidad y solicitó expresamente que su casa, que ya no le pertenecía a la familia Gugliotta, fuera adquirida a fin de ser la custodia de dicha donación.
Tras la adquisición realizada con aportes de Nación, Provincia y Municipio, el inmueble funcionó en principio como Centro Cultural y Museo Cívico Militar, hasta que luego del fallecimiento de Olga, acontecido el 15 de agosto de 1999, y con el aporte de algunos objetos personales enviados por sus familiares, la casa fue restaurada e inaugurada como Casa Museo el 6 de septiembre de 2003.
Declarada en 2006 como Lugar Histórico Nacional por la Comisión Nacional de Monumentos, de interés para el Patrimonio Arquitectónico y Bien Patrimonial de la Provincia de la Pampa, a través de un convenio de colaboración es cogestionada por la Municipalidad de Toay y la Secretaría de Cultura del Gobierno de La Pampa.
Emilce Aimar, coordinadora de la Casa Museo, destaca que el objetivo fundamental del espacio cultural es difundir la obra de Olga Orozco y mantenerla viva, a través de la realización de distintas actividades.
“Por tal motivo desarrollamos programas educativos que incluyen actividades y propuestas dedicadas no solo a estudiantes sino también a adultos mayores, con conversatorios donde se trabaja con textos de distintos autores que forman parte de la biblioteca”, subraya.
“Además establecemos contacto con escuelas rurales de la zona, a las que se les envía actividades confeccionadas en un determinado contexto, así como material de lectura y dispositivos lúdicos construidos en el museo”, añade.
Acerca de la comunidad toayense reconoce que se siente consustanciada con lo que representa la figura de Olga Orozco, “por lo que, más allá de ella asistió a la Escuela Nro. 5 y caminó las calles del lugar, el museo representa una forma de tenerla siempre presente y fomentar en las nuevas generaciones lo mucho que realizó”.
“Trabajar todos los días en este lugar implica una gran responsabilidad, porque tratamos de que la obra de Olga se mantenga viva y a la vez accionamos sobre distintos proyectos, apuntando a que sean cada vez más abarcativos, pensando en la diversidad del público y tratando que las personas con capacidades diferentes también lo puedan disfrutar”, acota.


El museo se puede visitar de lunes a viernes de 9 a 17, y los días sábados, domingos y feriados, de 16 a 19. Recorrerlo es acceder al mundo interior de Olga Orozco. Allí nació y aún está la habitación que ocupó cuando niña, ambientada hoy con algunos muebles que le pertenecieron: su cama, sus trajes, zapatos, valijas, recuerdos de sus viajes por el mundo y retratos de familia.


La sala principal resguarda sus libros, el tesoro más preciado de la escritora, ubicados en una gran biblioteca de cedro. También hay testimonios sobre su vida, sus amistades, su actividad social y objetos muy caros a su oficio como la máquina de escribir Olimpia modelo Splendid 33 que supo utilizar, manuscritos y lapiceros.
La que fue galería hoy ha sido vidriada y funciona como un ámbito para muestras temporarias, integrada con el parque al recorrido. Allí se conservan, entre sus árboles, los tamariscos tan recordados de su infancia, las características palmeras, una magnolia y una vieja parra que plantara don Carmelo Gugliotta.

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Modificado por última vez en Martes, 30 Septiembre 2025 11:05

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