La séptima edición del Festival Chacinar realizada en Tandil los días 8 y 9 de noviembre pasado, enmarcó un nuevo récord alcanzado para el salame más largo del mundo. En la oportunidad se estableció una marca de 487,22 metros, superando los 469,18 metros que se habían logrado recientemente en San Andrés de Giles.
La medición oficial fue realizada en el transcurso de la tradicional celebración del salame y el cerdo, ante la expectativa de una multitud que acompañó el traslado del chacinado que distingue a los tandilenses, elaborado por productores locales, quienes trabajaron durante semanas para alcanzar tal longitud.
El producto fue transportado en un camión y luego decenas de personas ayudaron a sostenerlo, mientras lo iban desenrollando de un gigantesco carretel de madera, hasta llegar a exhibirlo en un escenario central donde fue oficialmente medido. Luego el embutido fue enrollado nuevamente sobre un segundo carretel del mismo tamaño.
Tandil cuenta con la única Denominación de Origen para su salame, un sello de calidad que le confiere identidad, lo protege y lo distingue frente a otras regiones productoras de chacinados, la primera certificación de este tipo en Argentina otorgada en 2011. Este reconocimiento implica un estricto cumplimiento de normas de calidad, procesos artesanales y control de origen de las materias primas.
El intendente municipal Miguel Lunghi destacó la importancia de la producción local y el trabajo conjunto de instituciones y productores, mientras que Pedro Cagnoli, miembro fundador del Consejo de la Denominación de Origen, resaltó que “Chacinar trasciende la simple marca de metros que superamos cada año. Tiene que ver con mostrar la calidad del salame de Tandil y es un tributo a nuestra ciudad y una forma de preservar y honrar nuestras tradiciones”.
En la oportunidad, se utilizaron para la elaboración del salame más largo del mundo más de 1500 kilogramos de carne fresca, tocino y especias para elaborarlo.
El salame de Tandil tiene la particularidad de ser picado grueso, una receta tradicional anterior a las tecnologías de picado. El clima frío y las heladas de la zona favorecen al secado natural del producto, un rasgo que lo distingue.
El embutido se ofreció para la degustación a los asistentes del festival durante dos jornadas. En la organización recordaron que para la primera edición en 2014, se fabricó un salame que alcanzó los 16,1 metros, y el desafío fue adoptado por otras localidades con fuerte tradición en la producción de chacinados.
Luego la competencia creció de tal manera que superó todos los pronósticos. Año tras año, los productores tandilenses mejoraron su técnica, alcanzando nuevas marcas: 20,9 metros en 2015; 41,9 en 2017; 183,4 en 2022; 401,73 en 2024, y finalmente el nuevo récord de 487,22 metros en 2025.