La iniciativa, de la que tomaron parte 35 voluntarios y voluntarias, permitió que se recolectaran más de 50 toneladas de donaciones en los changos identificados para tal fin dispuestos distintas sucursales de La Coope.
El objetivo fue recolectar alimentos no perecederos y artículos de higiene personal y de limpieza y colaborar con comedores, merenderos y organizaciones sociales de Bahía Blanca para mitigar los efectos de la crisis alimentaria y sanitaria.
“La tarea que llevaron adelante los voluntarios y voluntarias fue de una importancia enorme porque significó para muchas familias la diferencia entre tener o no un plato de comida caliente. Fue una tarea muy sensible, porque se enfocó en un derecho esencial como la alimentación, y se dirigió a los sectores bahienses más vulnerables, que en muchos casos fueron los más golpeados por la crisis”, resaltó Daniel Vega, rector de la casa de altos estudios.
En tanto, Martín Jasson. subsecretario de Extensión de la UNS, área que coordino las entregas, expresó que “especialmente durante el año pasado, las donaciones de las vecinas y vecinos de Bahía Blanca resultaron imprescindibles para muchos comedores y merenderos que cocinaban viandas o preparaban bolsas de alimentos para entregar en los barrios, ya que la situación de muchas familias se volvió crítica”.