El jueves 31 de marzo estaba prevista la inauguración de la sucursal 137 de la Cooperativa Obrera, ubicada en Avenida Intermédanos Nº 288 de Pinamar.
Una dotación de 42 personas presta servicios en el nuevo local que La Coope abre en la provincia de Buenos Aires, el primero que la entidad habilita en uno de los balnearios más concurridos de la costa atlántica argentina.
La flamante boca de expendio, cuya construcción respeta los lineamientos urbanos que predominan en el lugar, tiene un total de 13 cajas y cuenta con un área de ventas que se extiende a 1.190 metros cuadrados de superficie.
Asimismo, dispone de un depósito y un sector de fraccionamientos cuya superficie total asciende a 518 metros cuadrados. Finalmente, el área reservada para estacionamiento dispone de 80 cocheras y contabiliza una superficie de casi 1.700 metros cuadrados.
Entre otros servicios que brinda la Cooperativa Obrera, la nueva sucursal cuenta con La coope en casa y atención de la tarjeta Coopeplus y persona- lizada en el sector carnicería y en la venta de artículos del hogar.
La idea de Bunge
Tras haber estudiado en Nicaragua no sólo arquitectura e ingeniería sino también urbanismo, Jorge Bunge anticipó en nuestro país la figura del desarrollador, que cobraría fuerza con el transcurrir del tiempo, ofreciendo al mundo una ciudad jardín en la costa bonaerense, que representaba una auténtica síntesis entre la naturaleza y el mar.
Así, en los últimos años de la década del 30, luego de estudiar las características y posibilidades de la zona en la que hoy está enclavada Pinamar y teniendo en cuenta que ya existía un ramal ferroviario, este visionario se asoció con Valeria Guerrero, dueña de las tierras, para crear un diseño urbano tan particular como novedoso, trazando las calles en forma de arabescos y curvas, respetando las dunas y ondulaciones del paisaje.
Los mencionados, junto con Franco Moschella y un grupo de hombres de campo, industriales y profesionales dieron forma a Pinamar SA, un original proyecto que implementó desde sus comienzos un conjunto de prioridades, con la intención de levantar a 342 kilómetros de la ciudad de Buenos Aires un agradable lugar de descanso para disfrutar en familia y con amigos.
De tal manera comienzó la fijación de los médanos, así como la apertura de calles y la realización de las primeras construcciones como La Hostería, el Hotel Pinamar, que hospedó a los primeros turistas, el tanque de agua y las primeras casas particulares.
El nuevo balneario, que adoptó el nombre de la compañía, rindiendo una suerte de homenaje a los magníficos pinares que se encuentran en el área y que fueron plantados durante más de 70 años, fue inaugurado el 14 de febrero de 1943 y poco después se aprobó el Plan Director de Urbanización presentado por el propio arquitecto Bunge.
En realidad, no solo pinos constituyen los bosques, ya que aromos, acacias y eucaliptos contribuyen a la belleza del paisaje de un lugar que se destaca como una de las ciudades turísticas argentinas de mayor renombre.
La localidad perteneció al distrito de General Madariaga, hasta que en 1978 se creó un partido independiente: el Municipio Urbano de Pinamar. Asimismo, cobró relevancia la Ruta Interbalnearia Nº 11, como límite entre Madariaga y Pinamar y como ruta de enlace de todos los Municipios de la Costa Bonaerense.
En 1983, se cambió la denominación del distrito por la de Partido de Pinamar, que además de la ciudad cabecera está integrado por las localidades de Ostende, Valeria del Mar y Cariló.
Con la irrupción del siglo XXI, Pinamar llevó adelante una reforma de todos sus balnearios para hacerlos sustentables y de menor tamaño, con el objetivo de ganar unos 5.000 metros cuadrados de playa.
Por otra parte, es una de las primeras ciudades de la Argentina que prohibió las bolsas, los sorbetes y los vasos de plástico con el objetivo de preservar el medio ambiente.